Sexy Noël - Spuffy fanfiction
Buffy va a la cripta de Spike para pedirle un pequeño favor. Es Navidad y el rubio vampiro no puede negarse a complacer a su chica. El fic se desarrolla durante la Sexta Temporada, cuando cazadora y vampiro mantienen su relación personal y secreta.
Lo mejor de Navidad para un vampiro, por lo menos para uno que ya no puede alimentarse de los rollizos enanos que se hartaba de golosinas en esas fechas, es la tranquilidad. Desde luego, no es que yo descansara mucho desde que la Cazadora y un servidor destruyeran esa casa en ruinas… a polvos, pero de vez en cuando me deja descansar… unos cuantos minutos. Como ahora.
Me dijo que esta noche no vendría, porque mañana es Nochebuena y tiene que preparar toda esa bloody historia con los scoobies. Ella estaba un poco triste, porque el viejo vigilante sigue en la madre patria, y Willow anda como un alma en pena desde que la otra brujita la dejó. Me da un poco de… cosa por ellas. Será la Navidad.
Así que aunque me invitaron a unirme a la fiesta de mañana, yo rehusé profusamente. Vamos a ver ¿Es que no entienden que soy un vampiro malo? No me gusta la Navidad, con todo lo que eso conlleva y no me gustan… ellos. Sobre todo el idiota de Xander, pero esa es otra historia.
De modo que ahora estoy viendo una peli de esas antiguas de Boris Karlotf, una sobre un gato negro que da repelús, con una gran fuente de palomitas sobre mi regazo y un buen vaso de sangre <aliñada> con JD.
Podía haber salido a dar una vuelta por la ciudad, a divertirme un poco, pero desde que estoy con la Cazadora –por llamarlo de alguna forma- evito divertirme, no sea que la rubia me convierta en polvo antes de tiempo. Además, todas esas lucecitas y adornos de Navidad me producen urticaria.
De pronto la puerta se abre de golpe, cogiéndome desprevenido y haciendo que el bol de palomitas vuele en el aire, el vaso que tengo en la mano se haga añicos por la presión excesiva debido al susto y que una sarta de maldiciones muera en mis labios al ver al autor, más bien autora de mi sobresalto.
“Joder Cazadora, ¿Qué haces aquí? Dijiste que hoy no vendrías a… cazar”
“No iba a venir, pero surgió un problema de última hora y necesito tu ayuda”
“¿Qué tipo de ayuda?” me levanto despacio, limpiándome la mano mojada en los vaqueros y me acerco a ella con paso felino. La miro lentamente, relamiéndome “¿La clase de ayuda que me imagino?”
No tengo que esperar la respuesta. No al menos con palabras. La Cazadora deja en el suelo una gran bolsa que lleva en la mano y se va directamente a por mí, estrellándome contra la fría pared de mi cripta. Sus labios se estrellan contra los míos, haciendo que ahogue el gemido de sorpresa que se había escapado de ellos.
Me besa con furia, con esa desesperación, con esa hambre que a veces me hace dudar de quien es el vampiro aquí.
Me abandono a ella, porque es lo único que deseo, y sus manos me desnudan rápida y eficazmente. Sus labios húmedos y calientes resbalan desde mi boca hasta el ombligo, cubriéndome de besos.
Contengo la respiración que no necesito cuando su boca me rodea, dándome tanto placer que creo que voy a prenderme en llamas.
“Despacio, luv, despacio”
Ella sabe cómo hacerlo. Cómo volverme loco.
Cuando por fin estallo y ella alza su mirada hacia mí, sonriéndome, sé que haré cualquier cosa que me pida. Cualquiera.
“¡NO! ¡De ninguna jodida manera!”
“¡Dijiste que me ayudarías! ¡Ahora no puedes echarte atrás, te necesito, Spike!”
“Pensé que te referías a matar vampiros, demonios… o incluso a alguno de los scoobies, no a
“Pues Giles lo hace todos los años y nunca ha puesto ninguna pega”
“Porque tu vigilante es un friki de cuidado. Ningún vampiro decente lo haría nunca. ¿Se lo pediste alguna vez a tu querido gran marica? Seguro que no, porque sabías que no lo haría”
“Angel se deprime con la Navidad, no podía pedírselo”
“Aparte de que no habría entrado en el bloody traje” susurro con una sonrisita maléfica.
“¡Te he oído, Spike! ¡Y…claro que le quedaría pequeño el traje. Giles es mucho más delgado que él”
“Pero el bibliotecario llevaría relleno, ¿No? A Angel no le hubiera hecho falta…”
“¡Vas a hacerlo o no! Piensa en Dawn, se pondrá muy triste si no aceptas”
“Eh, nada de chantaje emocional, guapa ¿Por qué no se lo pides al monkey boy? Déjame adivinar. No entra por la chimenea”
“No tenemos chimenea y… ¡Dios, olvídalo!”
Veo como Buffy se va hacia la puerta y casi me pateo a mí mismo cuando me oigo decir.
“Está bien, lo haré”
“¿De verdad?”
“Sí, pero si alguno de tus amigos se ríe de mí, lo machaco. Aunque me estalle la cabeza”
“Gracias” dice Buffy cogiendo la bolsa del suelo y sacando un horrible traje de Papá Noel de un rojo infame. “Seguro que te queda genial. Giles y tú tenéis una talla parecida. Recuerda cuando te prestó los vaqueros esos tan monos, te quedaban perfectos”
“Me apretaban bastante en la poll..”
“¡Spike, mira! El gorro tiene lucecitas. ¿No es tierno?”
De mi boca salen un tropel de palabrotas, a cada cual más bestia, pero mi chica sigue con lo suyo, sacando de la bolsa complementos de Papá Noel. Dios, tenía que haberla matado cuando tuve ocasión. ¿En qué me está convirtiendo? No me extraña que Angel se largara con viento fresco en cuanto pudo.
Suspiro y dejo que me ayude a vestirme del jodido Papá Noel, al menos mañana haré felices a las dos mujeres Summers de mi vida.
Al fin y al cabo es Navidad, ¿no?
FIN