Solos
Pensamientos de Spike sobre su relación con Buffy y Ángel, después de su viaje a Roma durante el capítulo The girl in question.
Estoy aquí tumbado en mi cama vacía. Tan vacía como está mi vieja alma. Cierro los ojos y me veo a mí mismo diciéndote que es mejor dejarla ir de nuestra mente, olvidarla. Sí es lo mejor, y me extraño tanto cuando me oigo decírtelo, yo que la amo tanto, decírtelo a ti que también la amas del mismo modo.
Y sé que esta es la única forma de seguir adelante. Ella ha hecho su elección y por una ironía del destino ha sido El Inmortal, ni tú ni yo. Un vampiro sin alma….
Veo dolor en tus ojos, y creo que he dejado de odiarte, si es que alguna vez lo hice, dicen que solo se odia lo que se ha amado antes…sí, es verdad, porque yo odié mucho a la cazadora, a nuestra Buffy y después la amé tanto como para sacrificarme por ella y por la humanidad.
Ahora te comprendo cuando te fuiste y te marchaste dejándola la primera vez… nunca la sentiste realmente tuya, sí sé de lo que hablo, porque yo tampoco la he sentido totalmente mía, aunque ella dijera que me amaba… al final.
Me tapo la cara con las manos y aprieto la mandíbula, no quiero llorar por ella. No, ya lo hice bastante. Otra lucha final se acerca, eso es lo importante, y ahora estoy en un lugar donde parece que me aprecian, y me quieren sin reservas. Incluso creo que tú vuelves a quererme como antes, cuando era tu amigo y tú… amante. Porque eso fuimos, cuando yo solo era un vampiro joven, recién convertido, y nuestras noches de sangre y juerga en solitario las terminábamos amándonos hasta doler… Lástima que a ti te maldijeran con el alma que te separó de mí…
Ahora es otra alma la que vuelve a unirnos…la mía. Sólo que ya no es como antes. Ahora sólo somos amigos, hermanos, hemos recuperado nuestra amistad tras muchos años. Y me conformo con eso, porque tengo el corazón destrozado, y no quiero arriesgarme a que tú me lo termines de destrozar…Es mejor pasar noches solitarias, o buscar consuelo en unos brazos ajenos…que arriesgarme a perderlo todo…otra vez.
Tocan a la puerta y me levanto con pereza. Ha sido un día largo. Me sorprendo al verte allí de pie, mirándome a los ojos como antes lo hacías, tus ojos lucen tan llorosos como los míos, y por el mismo motivo: Soledad. Soledad en mayúsculas. Doy un paso atrás y entras, cerrando la puerta a tu espalda. Diriges tu mano hacia mi mejilla, aún húmeda y limpias el resto de mis lágrimas con un dedo.
- Mi dulce William.
Me derrumbo en tus brazos, y tú me acoges como antaño, como hacía muchos años que nadie lo hacía, y entonces siento que el tiempo ha vuelto atrás, que yo soy William y tú Ángelus. Me separo un poco de ti para buscar tus ojos, y descubro una promesa en ellos…Nunca más solo.
Siento tus fríos labios en los míos sellando esa promesa de amor… eterno.
FIN