Una propuesta peligrosa (Universo Alternativo)

 

William Pratt es un empresario de éxito, pero tras un viaje de negocios, se encuentra con su padre en la cárcel y en la ruina. Su novia de toda la vida le ha dejado y él está desesperado, pero alguien aparece en su vida con una insólita propuesta....

El renombrado ff Agreed Married.

 


 

 

Capitulo 1

Primer encuentro

 

Elizabeth Summers miró por quinta vez el reloj y suspiró. Si quería hacerlo este era el momento justo. El hombre acababa de salir del bar dando tumbos, tratando de guardar el equilibrio. Era el hombre que ella necesitaba para llevar a cabo sus planes.

 

William Pratt era a sus treinta y cuatro años el soltero más cotizado de Los Ángeles. Un hombre de negocios con un futuro prometedor, ya que a la muerte de su padre se convertiría en el dueño de “Pratt Production, S. L”, la multinacional dedicada a exportaciones más importantes del sur de California, y de todo el país.

 

Solo que ya no sería así. El “Fisco” había descubierto irregularidades en las cuentas de la empresa y su padre estaba en la cárcel. Sus bienes habían sido confiscados y William estaba en la calle. Solo le quedaba su deportivo y el apartamento de la ciudad, los cuales había tenido que hipotecar para pagar el abogado de su padre.

 

Buffy había comprobado que estaba en la ruina. Nadie quería darle trabajo como asesor financiero, que era su especialidad, después de lo ocurrido, y su novia de toda la vida, Dru O’Mallye, le había plantado a unas semanas de la boda.

 

William estaba entre la espada y la pared.

 

Buffy no dudaba de que el ex financiero fuera a hacer una tontería, y por eso estaba allí, para detenerle.

 

Necesitaba a William y estaba dispuesta a cualquier cosa por conseguir sus propósitos.

 

Buffy abrió la puerta de su coche y se bajó, siguiendo al hombre a poca distancia. Estaban en el peor lugar de la ciudad, el puerto. Metió las manos en el bolsillo y suspiró al notar la pistola. Si alguien intentaba algo…pero no eran en terceras personas lo que a Elizabeth le preocupaba, sino él. Llevaba observándolo tantos días que sabía que estaba al límite.

 

Cuando lo vio bajar las escaleras que conducían directamente a la playa, lo supo. Lo iba a intentar, pero ella lo detendría. Ya tenía metidos los pies en el agua cuando Elizabeth lo placó, cayendo sobre él en la arena.

 

William soltó una maldición con torpeza, debido al alcohol e intentó librarse del abrazo, pero la chica le atrapó por las muñecas y lo inmovilizó, no en vano había recibido clases de defensa personal desde que tenía ocho años.

 

“¿Qué demonios está haciendo, chiflada? Si no se aparta la haré pedazos, ¡bloody hell!”

 

“En su estado, no creo que pudiera hacerme ni cosquillas, señor Pratt. ¿Por qué no se relaja y charlamos? Le invito a un café” William masculló una obscenidad y ella añadió con una sonrisa: “Uno muy cargado”

 

“No tengo nada que hablar con usted” respondió él un poco extrañado por que ella supiera su nombre. “Si viene de parte de algún acreedor de mi padre, ya sabe en la situación en que estoy. No tengo ni un mísero dólar”

 

“Lo sé, William” le tuteó la rubia aflojando un poco la presión de sus manos para que él se relajara “Estoy aquí para proponerle un negocio. Algo que le reportará cinco millones de dólares con los cuales comenzar de nuevo”

 

 

William tuvo que tomarse el segundo café para despejarse casi por completo. La chica rubia le había llevado hasta un bar de mala muerte que estaba en el  puerto, pero todavía no había dicho ni una palabra sobre el supuesto “negocio”.

 

“¿Y bien?” preguntó el rubio poniendo la taza sobre el platito con suavidad. Sus dedos temblaban, pero su mirada fija en ella le causó escalofríos. Sus ojos de un azul intenso eran más fríos que el hielo.

 

“¿Está ya en condiciones para escucharme? Lo que tengo que proponerle no es una tontería. Le necesito al cien por cien de todas sus facultades”.

 

“¿todas?” él la miró entornando los ojos y ella se sonrojó. Se tuvo que recordar a sí misma que esto era solo un negocio. Nada de sentimientos.

 

“La cosa es sencilla, Sr. Pratt. Le ofrezco la posibilidad de empezar de nuevo y descubrir quien vendió a su familia.

 

“¿Vendió?” repitió él  “¿Quiere decir que lo de hacienda no fue una investigación rutinaria? ¿Alguien se fue de la lengua?”

 

“Sí. Alguien en quien confiábais. Yo puedo ayudarte a descubrir quien fue   para que puedas vengarte”.

 

William miró a la rubia y suspiró. No tenía ganas de venganza. Solo de descansar y olvidarse de todo. El fue  quien falló, pues era el encargado de que todo fuera bien en la empresa. Se la habían jugado en sus narices, y eso lo sacaba de quicio.

 

“¿y qué tengo que hacer para conseguir tu ayuda? No tengo nada que ofrecerte a cambio. El coche me lo embargan mañana y el apartamento tengo que dejarlo a final de mes, porque no puedo hacer frente a la hipoteca”.

 

“No quiero nada material, William. Te quiero a ti. Quiero que te cases conmigo”

 

“¿Perdón?” Masculló  poniéndose lívido. “Creo que no te he oído bien….” El la tuteó también sin darse ni cuenta.

 

“Necesito casarme antes de que termine el mes, y te ofrezco a cambio cinco millones de dólares. ¿Qué dices, William? Creo que es un buen trato”.

 

El rubio sacudió la cabeza intentando despejarse del todo. ¿En qué mundo vivían? ¿Ahora las chicas les pedían matrimonio a los chicos? ¿Y  matrimonios de interés?

 

“Todo esto ha sido muy repentino, y creo que estoy un poco borracho todavía. ¿Y si lo dejáramos para mañana? Necesito dormir un poco”.

 

“Está bien”  la chica se levantó después de poner un billete de diez dólares sobre la mesa y él la imitó. “Te llevaré a tu casa”.

 

“Aún no me has dicho como te llamas, cariño” dijo él agarrándola del brazo. Ambos sintieron como si una descarga eléctrica recorriera su cuerpo, pero no se apartaron.

 

“Elizabeth Summers. Pero si vamos a casarnos puedes llamarme Buffy, William” dijo ella acercándole su mano para que se la estrechara. El rubio sonrió pícaramente y tomándola de la cara la besó en la boca hasta dejarla sin respiración. Buffy se quedó aturdida y temblando de pies a cabeza. Nunca nadie la había besado de esa forma.

 

“Encantado, Buffy” ella le miró con cara de reproche y el se encogió de hombros. “Si vamos a casarnos, tendré que probar antes la mercancía, ¿no, amor? Y llámame Spike.”

 

Buffy miraba de reojo al hombre sentado a su lado en el coche.  La verdad es que no lucía nada bien, con esa barba de varios días, ojeras debidas a la falta de sueño y profundas arrugas alrededor de los ojos.

 

La camiseta que llevaba, alguna vez fue negra, pero ahora tenía un color parduzco al igual que el pantalón vaquero. Las botas que calzaba también habían visto tiempos mejores. Y el revolcón en la arena mojada, no había hecho mejorar nada su aspecto, ya que ambos estaban húmedos y rociados de ella.

 

“¿Cuánto tiempo llevas siguiéndome, Buffy?” La pregunta no le sorprendió a la mujer. Era lógico que le preguntara eso.

 

“Unas  semanas”

 

“¿Por qué esta noche? No estaba en la mejor disposición para hablar, ¿no crees?”

 

“Cuando te vi caminar hacia el mar pensé…Temí que te suicidaras” el la miró levantando las cejas, pues no se esperaba esa respuesta.

 

“No iba a suicidarme. Tan solo quería tomar un baño para despejarme. No tengo agua en casa” dijo él bajando la cabeza, avergonzado por su confesión.

 

“Entonces supongo que mi plan de que te des un buen baño y te acuestes se ha ido al traste”

 

“Bañarme me he bañado, pero gracias a ti me he traído toda la arena de esa jodida playa pegada a mi cuerpo” Buffy sonrió y el también dulcificando el tono de su voz, dijo: “Gracias”

 

“De nada” respondió ella entendiendo sus palabras “ya buscaremos una solución, no te preocupes”

 

Spike asintió con la cabeza y cerró los ojos, apoyándose contra el asiento. Hacia muchos días que no podía conciliar el sueño, solo dormitaba unos minutos debido al alcohol. Unos minutos después el coche se paró, y Buffy apagó el motor tocándole ligeramente en el brazo para indicarle que habían llegado.

 

El edificio era un bloque de apartamentos de lujo. Ella sabía que él vivía en el ático, así que cuando los dos se introdujeron en el ascensor no dudó en apretar el botón correcto. El levantó las cejas, pero no dijo nada. Se veía agotado.

 

Buffy caminó a su lado por el pasillo hasta llegar a la puerta. El buscó nerviosamente en los bolsillos de su pantalón y suspiró aliviado cuando encontró el llavín. Hurgó en la cerradura y por fin la puerta se abrió ante ellos. Spike pulsó la llave de la luz y soltó una maldición cuando continuó la oscuridad.

 

“Creo que tengo algunas velas en alguna parte, espera un momento, luv” suspiró él caminando a tientas por la habitación. Buffy cerró la puerta y no se movió. No conocía el apartamento y temía chocar con algo. Unos segundos después sintió chasquear un mechero y una débil luz iluminó la estancia. “Te ofrecería un café, pero creo que tampoco tengo gas” dijo él con un átomo de sarcasmo en la voz.

 

“No te preocupes. Creo que lo mejor será que cojas un poco de ropa y tu cepillo de dientes y te vengas conmigo a mi casa” dijo ella acercándose un poco a él. La mortecina luz iluminaba sus rasgos, afilándolos mucho más. Buffy sintió un escalofrío cuando él la miró fijamente, recorriéndola con la mirada, como si no hubiera estado con una mujer durante mucho tiempo.

 

“No creo que sea una buena idea, cariño” dijo él tomando otra vela que había sobre la mesa y encendiéndola “Vuelve mañana y hablaremos sobre nuestro…negocio”

 

“Aunque tu digas que solo querías darte un baño, yo tengo mis dudas, así que mueve el trasero y coge tus cosas, Spike. No pienso perderte de vista hasta que hayamos hablado y esté seguro de que no vas a hacer otra tontería, ¿De acuerdo?”

 

“Apenas me conoces. ¿Y si te ataco cuando estamos a solas en tu casa? ¿No has pensado en eso?”

 

“Soy cinturón negro de kárate. Yo que tú me lo pensaría antes de intentar nada. Vamos, te ayudaré a hacer tu equipaje” Buffy se acercó y le quitó una de las velas mirando a su alrededor “¿Dónde está el dormitorio?”

 

“Mejor te esperas aquí” gruñó él dirigiéndose hacia una de las habitaciones, desapareciendo dentro de ella. Buffy se encogió de hombros y dirigió la vela a su alrededor echando una ojeada. Los muebles eran de estilo moderno, y muy caros, pero se notaba el descuido de su inquilino. Había latas de cerveza por todos lados, y botellas de licor tiradas en el suelo, junto con envases de comida china y cajas de pizzas a medio comer.  Sintió pena de aquel hombre, la fortuna le había vuelto la espalda, y había caído desde lo más alto. “tuve que despedir a la señora de la limpieza, y estás últimas semanas no he estado ni un minuto sobrio para poder dedicarme a hacerlo yo mismo”

 

Buffy se volvió al escuchar su voz. El hombre llevaba una bolsa de viaje colgada del hombro y con la otra sostenía la vela.

 

“Lo entiendo, es lógico. Después de todo lo que has pasado… ¿Lo tienes todo?”

 

“Supongo que sí” respondió él con un suspiro.

 

“Entonces vamos”

 


 

Capitulo 2

Confesiones.

 

Buffy cerró la carpeta y la guardó en un cajón de su escritorio. Otra vez había leído el testamento de su abuelo para asegurarse de que ponía exactamente lo que su abogado le comunicó que tenía que hacer para lograr el control de la empresa en la que trabajaba como publicista.

 

Su abuelo había fundado “Summers Corporation” sesenta años atrás, y cuando su padre no quiso hacerse cargo de ella, y dedicarse a las carreras de coches, sufrió una gran desilusión.

 

Al quedar su madre embarazada, su abuelo Martín limó asperezas con su hijo, esperando que un nieto hiciera lo que su padre no quiso, pero al ser chica, todas las ilusiones del viejo Summers se vinieron abajo.

 

Ella tenía una licenciatura en publicidad, pero no tenía ni idea de cómo manejar una empresa del ámbito de “Summers Corporation” Su abuelo debió pensar en lo mismo, así se deducía al leer su testamento.

 

Si Buffy quería tener el control de la empresa, debía casarse antes de tres meses, contando desde la fecha de su fallecimiento. Y los tres meses estaban a punto de expirar.

 

En caso de que ella no cumpliera ese requisito, la empresa pasaría al vicepresidente, Parker Abrams y ella recibiría una pensión vitalicia. Todas las demás posesiones de su abuelo, la casa en la playa y sus villas en varias capitales del país pasarían a sus manos, pero no podría mantenerlas con su suelto de publicista y la pensión.

 

Otro motivo por el que quería quitarle la dirección de la empresa a Parker era por venganza. Ellos habían tenido una relación, no hacía mucho. Buffy pensó que estaba enamorado de ella, pero descubrió que solo la utilizaba para llegar al dinero de su abuelo.

 

Su relación duró solo unos meses. Buffy rompió con él cuando le encontró con una chica en la cama, su secretaria, un mes antes de que su abuelo muriera debido a un infarto.

 

Fue muy duro para ella seguir adelante, haciéndose cargo ella sola de todo lo concerniente al funeral. Parker intentó arreglarlo, pero Buffy se mantuvo firme en su decisión, lo cual no había agradado a su ex.

 

Consultó su reloj y suspiró. Era la hora del almuerzo. Habitualmente comía en un restaurante frente a la oficina, pero hoy quería ir a casa. Había dejado allí a Spike Pratt, antes de ir a trabajar. El dormía profundamente y no quiso despertarlo, pero estaba intranquila.

 

Necesitaba verlo cuanto antes y hablar con él, el tiempo se le acababa.

 

Recogió sus cosas y le dijo a su secretaria que se tomaba la tarde libre. Supuso que necesitaría horas para convencer a su “novio potencial” para que se casara con ella en menos de un mes, que era cuando el plazo impuesto por su abuelo acababa.

 

 

Spike se despertó y miró a su alrededor, lanzando una maldición. La luz que se filtraba por el gran ventanal, le dañaba sus cansados ojos. Se levantó del sofá pesadamente y fue a correr las cortinas, para adaptarse a la claridad poco a poco. Tenía la lengua pastosa y el pelo hecho una pena, ya que ni siquiera se había peinado en las últimas semanas.

 

Recorrió en dos minutos el pequeño apartamento de la rubia y puso la cafetera, dirigiéndose después al baño. Aquella noche había bebido mucho, así que estuvo un buen rato evacuando líquido en el retrete. Mientras orinaba, echó un vistazo a su alrededor. El baño constaba con una diminuta bañera con ducha, un lavabo y un bidet, pero por lo menos tenía agua caliente.

 

Se despojó de la ropa que llevaba y abrió el grifo de la ducha, pasando largos minutos bajo el intenso chorro, disfrutando de la sensación del agua y jabón en su cuerpo. Buscó entre los botes de plástico y eligió un champú a las hierbas y un acondicionador, ya que sus rizos estaban indomables después de días de llevar el pelo a su aire. Las raíces le habían crecido bastante, aunque su nuevo look le gustaba más que el rubio platino que solía llevar.

 

Después del baño, se enrolló una toalla a la cintura y fue en busca de su bolsa, sacando la máquina de afeitar eléctrica y el cepillo de dientes.

 

Quince minutos después,  parecía otra persona. No era el William Pratt que asistía a reuniones de negocios con los personajes más ricos del país, pero tampoco el indigente que Buffy recogió de la playa la noche anterior.

 

Se dio un último vistazo en el espejo y sonrió levemente. Esos últimos días había envejecido casi diez años. ¡Cómo echaba de menos un buen masaje y una sauna! ‘¡Eres un bloody snob!’ Se insultó a sí mismo. Tenía que olvidarse de los trajes de Armani y las cenas en restaurantes de lujo. No tenía dinero ni para un paquete de cigarrillos, ya que las cuentas de la empresa estaban embargadas. ¡Jodido contable! Cuándo le echara la vista encima… Cosa casi imposible de hacer, porque el muy cabrón había desaparecido antes de que la policía hubiera podido interrogarle, dejando cartas acusadoras inculpando a James Pratt y a él mismo.

 

Buffy tenía razón. Todo había sido un complot. Lindsey, el contable había urdido todo eso para apoderarse de su dinero y meterlos en problemas, y para colmo, Dru le había abandonado unos días después de su ruina, ¡maldita bruja interesada! ¡Y el que quería casarse con ella….!

 

Casarse… ¿habría dicho Buffy en serio que lo quería como marido? Esa chica debía de estar como una jodida cabra, no había otra explicación ante su absurda propuesta.

 

Fue hasta la cocina y se sirvió una buena taza de café, buscando entre los muebles un analgésico para su terrible jaqueca. Un rato después se sentía mucho mejor. Con algo de la dignidad que había perdido. Recogió las sábanas que Buffy le proporcionó para dormir la noche anterior y las guardó en el armario de la chica.

 

La ropa que ella tenía no era de muy buena calidad, pero sí cómoda. Varios trajes de chaqueta de falda y pantalón y un par de vestidos de noche. No es que Buffy tuviera mucha vida social.

 

Oyó la puerta abrirse y salió a recibirla, con la segunda taza de café humeante en las manos. Buffy le sonrió y cerró la puerta, dejando el bolso sobre el sofá y la chaqueta color beige de corte discreto también allí.

 

“Tienes mucho mejor aspecto, Spike. Ya pareces casi humano” Spike sonrió y le echó una mirada de arriba abajo. La falda le llegaba por debajo de las rodillas y la simple camisa blanca no mostraba nada.

 

“Tú pareces una monja, luv. ¿No serás una de esas del Ejército de Salvación, verdad?” Buffy arrugó el entrecejo y curvó los labios, irritada con su invitado.

 

“Soy publicista en ‘Summers Corporation’, ¿no te suena de nada ese apellido, gran hombre de negocios?” dijo ella con ironía.  El achicó un poco los ojos, tratando de recordar…Summers…

 

“¡Claro! ¿Eres familia de Martín Summers?”

 

“Su única nieta y heredera” confirmó ella. Spike silbó y se dejó caer en el sofá. Ella lo hizo enfrente de él, en una silla. Apenas había tenido tiempo de mirarlo. Llevaba el pelo peinado hacia atrás y había cambiado la camiseta negra y los jean por un polo blanco y unos pantalones de algodón en azul marino. En vez de botas, calzaba unas deportivas blancas.  No se parecía en nada a la imagen del hombre de negocios que conoció una vez en una fiesta, hacía ahora cinco años. Entonces él no le prestó la menor atención, pues estaba demasiado ocupado con su hermosa novia de pelo negrísimo. Ni siquiera se acordaba de ella.

 

- “Oh, siento la muerte del viejo. No le traté mucho, pero era un tipo agradable” dijo él intentando ser amable.

 

“Era un hijo de mala madre” concluyó ella apretando los dientes. Spike tosió al atragantarse con el café y Buffy sonrió “Lo era, pero yo lo adoraba. Spike, no tengo tiempo para contártelo todo, así que iré al grano. Mi abuelo en su testamento, pone una condición para que yo sea su única heredera: quiere que me case antes de un mes, si no lo hago, perderé la empresa a favor de su vicepresidente, Parker  Abrams   ”

 

“¿Has dicho Abrams? Conocí a ese estúpido en la universidad, hace años. Era un playboy de cuidado”.

 

“Si, aunque yo me di cuenta de eso demasiado tarde” Buffy bajó los ojos y él esperó a que estuviera dispuesta para seguir hablando “Salimos durante unos meses. Me llevó a la cama para asegurarse que me casaría con él, pero descubrí a tiempo que solo me quería por los millones de mi abuelo”

 

“¡Hijo de perra! Supongo que haría buena pareja con la zorra de Dru, mi ex prometida”

 

“No me cabe la menor duda” dijo ella levantando los ojos hacia él  “Spike, no lo hago por dinero. Tengo unos ahorros y aunque no me case, recibiré la mayoría del legado de mi abuelo, pero no quiero dejarle la empresa a Parker. Haré lo que sea por evitarlo. ¿Lo entiendes?”

 

“Creo que sí. Eres una chica preciosa, Buffy” dijo él mirándola a los ojos “no tienes que recurrir a un negocio para conseguir  marido. Estoy seguro que encontrarás a alguien adecuado a quien puedas amar. Yo no soy recomendable, ni como marido ni como amigo. Estoy en la lista negra”

 

“Aunque así fuera, que lo dudo, no me queda tiempo” Buffy se levantó y se arrodilló a su lado, tomándole las manos “he estado investigándote y sé que eres una persona honesta, Will. Eres el mejor marido de pega que podría conseguir, por favor, ayúdame y yo te ayudaré a ti”.

 

“Buffy, si me conoces tan bien como dices,  entenderás que no tenga deseos de casarme. No confío en nadie, ni siquiera en mí mismo”.

 

“Yo sí creo en ti, William. Intentémoslo. Será como una sociedad, donde los dos tengamos libertad, siendo discretos. Y si alguna vez te enamoras de alguna chica y quieres el divorcio…no te pondré ningún obstáculo”.

 

“¿Enamorarme  de nuevo? Tú sueñas, amor” Buffy le miró con sus grandes ojos verdes y él se sintió perdido. ¿Por qué no? Estaba en un callejón sin salida, sin un centavo y su padre en la cárcel…ella le daba la posibilidad de empezar de nuevo “Está bien, pet. Me casaré contigo, pero lo haremos a mi manera, ¿OK?”

 

“Claro, ¡Oh Dios! ¡Gracias!” Esta vez fue ella la que le echó los brazos al cuello y lo besó en la boca. El dejó la taza sobre la mesa intentando no derramar el líquido oscuro. Poniendo sus manos en la cintura de ella, la elevó, sin separar sus labios hasta sentarla sobre su regazo. La reacción de su cuerpo fue inmediata y evidente. ‘Muy’ evidente, tanto que Buffy se levantó de un salto y se acomodó la falda, intentando alisarla  “Cre…Creo que voy a preparar algo de almorzar… Después hablaremos de esos detalles que tú decías”

 

“Buffy… lo siento. Pero es que hace mucho tiempo que no…” trató de disculparse él.

 

“No te preocupes, lo entiendo…es sólo que yo también hace tiempo que no…y… mejor voy a la cocina, discúlpame”

 

Buffy salió huyendo hacia la cocina. ¿Qué le pasaba con ese hombre? Nunca había sentido una atracción sexual tan grande por nadie. No es que hubiera tenido muchos amantes, de hecho sólo a Parker, pero claro, de Parker no estaba enamorada y de William… Se regañó a sí misma por pensar en eso. Este matrimonio se iba a celebrar por negocios, no porque ella se hubiera enamorado de él la primera vez que lo vio en una fiesta, cuando pasaba la fiesta de Navidad en casa de su abuelo, descansando de sus estudios en Europa. Eso era parte del pasado, ahora era una mujer adulta de veinticinco años.

 

“¿Por qué yo?” Buffy no pudo evitar dar un gritito cuando le oyó a su lado. Gracias a Dios, no tenía nada en las manos, porque si no en ese momento estaría en el suelo, hecho añicos. Buffy se giró para mirarlo y suspiró, tratando de calmar sus maltrechos nervios.

 

“Oí a mi abuelo hablar de ti. Decía que eras un excelente hombre de negocios” dijo ella tratando de sonreír. La verdad es que sí que había oído a su abuelo hablar de William Pratt, ‘Spike’ para sus amigos, pero esa no era la verdadera razón por la cual lo había elegido, aunque no tenía ninguna intención de decírselo a él.

 

“Pues parece que se equivocó, ¿no? Soy un desastre como contable” Spike se dejó caer en una silla y ella sintió un deseo terrible de abrazarlo y consolarlo, pero si lo hacía….no, mejor se distraía preparando el almuerzo “¿Sabes cocinar?” Ella sacó un poco de pollo, lechuga y tomates encogiéndose de hombros.

 

“Lo suficiente para sobrevivir, pero no me pidas recetas extrañas”

 

“Me gusta el pollo. ¿Te ayudo?

 

“Claro. Ve preparando tú la ensalada” ‘y así estas ocupado y no me miras de esa forma que…’ masculló para sí, volviendo al pollo. “Y no fue culpa tuya lo que pasó. Tú estabas en Europa cerrando un trato de negocios. Lindsey aprovechó tu ausencia para timaros. Está claro que falsificó los libros, y dejó pruebas para inculparos a tu padre y a ti. Os odia, eso es obvio”

 

“Sabes mucho sobre mí, Buffy” dijo él enarcando las cejas “¿Cuántos años tienes?” preguntó de pronto.

 

“Veinticinco. ¿Por qué?”

 

“Yo tengo casi treinta y cinco. Hay mucha diferencia de edad para…”

 

“No aparentas más de treinta, y cuando descanses un poco más, parecerás mi hermano pequeño, y tendré que quitarte a las quinceañeras de encima a bofetadas” bromeó ella. Spike rió y sacudió la cabeza. Todo esto le parecía una bloody locura.

 

Una ahora después habían almorzado, y los dos estaban sentados en el sofá, compartiendo un café. Era la hora de hablar sobre los detalles de la boda.

 

“No puedo presentarte como mi novio así como así” dijo ella y él asintió “he pensado que vayas a la empresa para una entrevista de trabajo. Necesito un asistente, y te contrataré. Tendrás que cortejarme un poco y yo me dejaré, por su puesto. Y en cuanto todo esté listo y nadie sospeche…”

 

“¿Qué pasa si sospechan?”

 

“Parker puede impugnar el testamento”

 

“¿Lo tienes a mano? Me gustaría echarle un vistazo”

 

“Claro” Buffy se levantó y regresó con el documento, entregándoselo “En cuanto al sexo…” Spike levantó la mirada y la miró hasta hacerla enrojecer. El sonrió y volvió al documento “No tiene por qué haber sexo en nuestro matrimonio. Ahora no es como antes, que había que consumarlo para…”

 

“Tendremos que acostarnos, Buffy” interrumpió él tras echar una ojeada al testamento.

 

“¿Por qué? ¿Es que mi abuelo quiere una prueba de que el matrimonio es por amor?”

 

“Lo que quiere es un heredero, luv. Si no tenemos un hijo en dos años, la empresa pasará a manos de ese cretino de Parker. Así que hay dos formas de hacerlo, o nos acostamos y concebimos ese bebé, o te inseminas artificialmente de un desconocido”

 

“¿Inseminarme? ¡Oh Dios, no soy una vaca, Spike!” protestó ella. Spike rió con ganas y la miró intensamente a los ojos. “¡’No me digas que tú quieres ser padre en un matrimonio fingido!”

 

“No tiene por qué serlo, Buffy. Es obvio que nos atraemos mutuamente, sexualmente” puntualizó él “Yo no tengo intención de casarme con nadie más, y estoy seguro de que a mi padre le hará muy feliz tener un nieto a quien legar su empresa, eso si la recuperamos, así que si te parece, podíamos intentar ser medianamente felices juntos” Spike dejó los papeles sobre la mesa y la tomó de las manos “No puedo prometerte  amarte con locura, creo que no me volveré a enamorar nunca, pero si te prometo serte fiel y cuidar de ti y de nuestro hijo, si lo tenemos”

 

“Es una oferta tentadora…y te digo que sí. Solo necesitaré un poco de tiempo para… bueno, ya sabes. Apenas nos conocemos y…”

 

“No te preocupes, amor. Nos conoceremos todo lo que quieras antes de meternos en la cama juntos” ella asintió con la cabeza y él volvió a los documentos “entonces de acuerdo. ¿Alguna cosa más?”

 

“Si. No puedes vivir aquí hasta que lo nuestro no sea oficial. He cancelado la hipoteca de tu piso, y del coche esta mañana y he pagado todas las facturas pendientes, así que mañana podrás volver allí, en cuanto la cuadrilla de limpieza que he mandado termine de adecentar tu casa. ¡Ah! He envidado tu ropa a la lavandería” concluyó ella con una sonrisa satisfecha.

 

“Dios, parece que esta mañana has estado muy ocupada. Gracias”

 

“De nada. Vamos a repasar los detalles, ¿Ok?”

 

“Ok” respondió él acomodándose en el sofá. Era un hombre a punto de casarse y la chica era preciosa e inteligente. ¿Qué más podía pedir?

 

 

 

Capitulo 3

Propuesta de matrimonio.

 

Buffy tenía la mirada fija en la pantalla de su ordenador. Estaba acabando una maqueta para el nuevo spot publicitario de la empresa, cuando la puerta de su despacho se abrió de manera brusca, dando paso a un enfurecido Parker. Ella ya esperaba esa reacción en su ex novio. Spike había empezado a trabajar esa mañana como su asistente, y se había pasado toda la mañana revisando las cuentas.

 

“Quiero que le despidas en este mismo momento” dijo su ex sin ni siquiera saludar.

 

“Es mi asistente, Parker y no pienso hacer eso que dices” Buffy no levantó la cabeza del ordenador y hablaba con mucha tranquilidad. Estaba disfrutando el momento.

 

“Es un delincuente, como su padre, Dios Buffy, ¿En qué demonios estás pensando? Me han llamado de contabilidad para quejarse, ¡está revolviéndolo todo!

 

“Está siguiendo mis órdenes, Parker. Pronto asumiré la dirección de esta empresa, y quiero saber exactamente en la situación en que se encuentra”

 

“Eso puedo decírtelo yo, cariño. La empresa está en inmejorables condiciones. No necesitas a ese desarrapado para buscar información. Me tienes a mí” Parker se inclinó en la mesa y Buffy se echó hacia atrás en la silla, mirándolo con dureza.

 

“No vuelvas a llamarme cariño, Parker. No soy nada tuyo, ni te necesito para nada, solo para que hagas tu trabajo. Ahora vete, estoy muy ocupada”

 

“Lo siento” dijo él reculando. Enfadarla no era la forma de volver a conquistarla, se dijo “La verdad es que he venido para invitarte a comer. Buffy, es una tontería que estés enfadada por lo que pasó. Sabes que te quiero, y que deseo casarme contigo”

 

“Para asegurarte los millones de mi abuelo y la empresa. Si, ya te oí comentárselo a tu amante. Haz el favor y vete”

 

“Eso fue un mal entendido, Buff. Anda, acepta almorzar conmigo, tengo una sorpresa para ti” dijo sacando de su bolsillo una pequeña caja de joyería.

 

“Ya he quedado para comer, Parker así que deja de hacer el ridículo y vete. Seguro que hay alguna chica por ahí a la que harás muy feliz regalándole esa chuchería”

 

“Se te acaba el tiempo, Buffy” dijo el cambiando el tono meloso de su voz por otro más rudo “cuando eso pase, me quedaré con la empresa, y entonces vendrás a buscarme”

 

“Ni en tus mejores sueños, Parker. Puede que la sorpresa te la lleves tú, antes de lo que crees” dijo Buffy sonriendo, volviendo su mirada a la puerta al escuchar un toque “pase”

 

“Hola, luv. He terminado de revisar las cuentas, así que estoy libre para ese almuerzo” dijo Spike entrando en el despacho. Parker le miró queriendo fulminarlo, pero él se hizo el distraído.

 

“Yo también estoy lista. Espera que apague el ordenador y coja mi bolso” respondió Buffy devolviéndole la sonrisa. Después se volvió hacia Parker mirándolo con desdén “El señor Abrams ya se iba, ¿verdad?”

 

Parker masculló  por lo bajo y salió dando un portazo. Buffy respiró hondo, dejándose caer en el sillón. Spike se acercó a ella y le apartó  un mechón de cabello rubio de la cara,  apoyándose en la mesa.

 

“Parece que has cabreado al cretino, pet, enhorabuena”

 

“Me da ganas de vomitar cada vez que lo veo. Y pensar que…” Buffy no continuó, pero el rubio la entendió perfectamente. Hablaba del sexo compartido con el estúpido.

 

“Todos cometemos errores, Buffy, fíjate en mí. Me enamoré de una zorra a la cual solo le interesaba mi dinero, y me dejó tirado cuando lo perdí, y eso que se lo pasaba genial en la cama conmigo ¿Te he dicho ya que soy una fiera en eso del sexo?”

 

“Oh Dios, no” respondió ella riendo. No sabía como él podía bromear con eso, cuando hacía solo unos días estaba al filo del abismo, por  amor a esa mujer. “Será mejor que vayamos a almorzar antes de que te lances sobre mí y me lo muestres… me da miedo la forma en que me miras…”

 

“Ya te dije que estaba muy falto” dijo él sonriendo también, tomándola de la mano para atraerla más cerca “Pero también te prometí esperar a conocernos mejor. No debes temer nada de mí en ese sentido, pet”

 

“No tengo miedo, solo estaba bromeando” respondió ella acercándose todavía más. El no se movió cuando ella le rozó los labios con los suyos, girándose después para coger su bolso “Ahora podemos irnos”

 

“Si tu lo dices….” Spike caminó delante para abrirle la puerta y después la siguió. Los empleados los miraban sorprendidos, pues ella nunca había salido a almorzar con ningún hombre desde que rompió con Parker. Ella alzó la cabeza y caminó con paso firme hasta el ascensor. Spike entró con ella y los dos respiraron aliviados cuando las puertas se cerraron “Parece que los chismes van a empezar pronto”

 

“Entonces la próxima vez tienen que cogernos besándonos” él alzó una ceja y le susurró al oído.

 

“¿Qué tal mañana?” El ascensor se paró en el parking del edificio, y ella le echó los brazos al cuello y le besó en el mismo momento en que las puertas se abrían. El reaccionó rápido y la abrazó por la cintura, pegándola contra él. Cuando se separaron para salir, Buffy estaba sonrojada y con los labios hinchados por el tremendo beso y Spike jadeaba levemente. El la siguió sujetando por la cintura con un brazo.  Al levantar la vista, la rubia atinó a ver a Parker abriéndole la puerta de su deportivo a Cintia, su secretaria,  y por el gesto de su cara, era evidente que los había visto besarse.

 

 

Tal como Buffy pensó, la oficina era un hervidero de chismes a su vuelta de almorzar. Spike la había puesto al tanto sobre los manejos de Parker en la empresa. Por lo visto, desviaba pequeñas cantidades de dólares a diferentes cuentas en distintos bancos. Era cantidades mínimas, pero hacían un total de cien mil dólares. Eso en los últimos dos años, sin contar con las facturas de dietas y gastos sin justificar que Parker anotaba como ‘Gastos de representación’.

 

Buffy estaba indignada, y quería poner a su ex en su sitio, pero Spike la convenció de que dejara las cosas como estaban, hasta que se casaran.

 

Entonces podrían actuar contra Abrams con todas las armas que tuvieran.

 

Los días pasaron rápido  y ambos estuvieron muy ocupados, ella en un proyecto de publicidad para una empresa de Toronto y él con todo lo relacionado con las dos empresas. Pronto sería Navidad, y sería una mujer casada.

 

Apagó el ordenador y tras un momento de duda, marcó el número interior del despacho de Spike. El contestó con voz cansada. Esos últimos días habían sido de infarto, intentando ponerse al día de todo lo concerniente a ‘Summers Corporation’, y seguir de cerca la situación de su padre y su propia empresa. Estaba extenuado, pero contento. El abogado de su padre, Charles Gunn había presentado las pruebas de las supuestas maniobras delictivas de Lindsey Mc Donald,  en la vista preliminar de su padre, concediéndole la libertad bajo palabra.

 

James Pratt se había puesto las pilas, y estaba poniendo patas arriba ‘Pratt Production, SL’’. Los embargos habían sido levantados y Lindsey estaba en ‘búsqueda y captura’.

 

Ya no tenía ningún motivo que le obligara a casarse con Buffy, pero quería hacerlo. Le debía a la rubia algo más que su vida. Ella había creído en él cuando nadie más lo hizo, y tenía que agradecérselo de alguna forma. No podía dejarla tirada. Iba a coger el teléfono para llamarla,  cuando éste sonó. Spike lo levantó y sonrió al descubrir a su interlocutora.

 

“Me has leído el pensamiento, luv. Iba a llamarte ahora mismo. Tengo grandes noticias y quería invitarte a cenar para contártelas, si no estás demasiado cansada”

 

“No lo estoy” se apresuró a contestar ella. “De hecho yo también quería invitarte a cenar. ¿Nos vemos en quince minutos en el aparcamiento?”

 

“Quince minutos. Hasta ahora”

 

Buffy colgó y suspiró profundamente. ¿Cuáles serían esas grandes noticias? Algo relacionado con su padre, porque él le había comentado durante la comida que esperaba la llamada de su abogado. Buffy fue al baño privado y se arregló el maquillaje. Se echó una rápida mirada en el espejo y suspiró otra vez. Si, parecía una monja, una solterona amargada. El traje que llevaba la hacía parecer mayor y no la favorecía en absoluto. Spike tenía razón. Era demasiado joven para vestir de esa forma, pero ella era la directora de su empresa y tenía que ir vestida de forma decorosa. Sonriéndose pícaramente a sí misma, desabrochó dos de los botones superiores de la camisa y subió su falda, doblándola por la cintura, hasta que quedó por encima de las rodillas.

 

De un tirón, se sacó las orquillas del moño y dejó que su larga cabellera rubia se esparciera por su espalda.

 

“Así está mejor” le dijo a su reflejo “Espero que él note el cambio”

 

Salió más contenta del baño y se encaminó al ascensor. Esa mañana, como el resto de la última semana,  Spike la había recogido con su coche, así que tendrían que ir en el de él. A ella le encantaba relajarse contra el asiento, mientras él conducía por la ciudad, oyendo de fondo el ruido del tráfico. Quedaba apenas una semana para que el plazo impuesto por su abuelo para casarse expirara, pero ella estaba tranquila. Tenían la iglesia,  el día y la hora. Solo faltaba hacerlo público, lo cual harían dentro de dos días. El sábado darían una pequeña fiesta en casa del padre de William y sería oficial.

 

Buffy salió del ascensor y se encaminó hasta donde estaba aparcado el deportivo negro. Era un coche precioso, un viper. Spike estaba apoyado contra él, fumando un cigarrillo mientras la esperaba. Llevaba puesto un traje totalmente negro, con la camisa también negra, sin corbata. Buffy sintió que se quedaba sin aliento cuando él alzó los ojos sorprendido por su aspecto. El hombre inclinó la cabeza a un lado y la repasó con la mirada de arriba abajo, haciendo que ella se sonrojara visiblemente.

 

“¡Oh Dios! ¡No me mires así, Spike!” Dijo Buffy bajando los ojos un poco avergonzada. El apagó la colilla en el suelo y dio unos pasos hacia ella.

 

“Es que me has sorprendido, luv” Spike tomó un mechón de cabello entre sus dedos y probó su suavidad. Nunca la había visto con el pelo suelto, ni con ese aspecto de chica mala. “Estás muy guapa, amor”

 

“Parezco una zorra” Buffy tiró de su falda hacia abajo y se abrochó un par de botones, ante la atenta mirada de él. “¿nos vamos?”

 

“Claro” Spike se apartó de ella y le abrió solícitamente la puerta del coche. Ella se acomodó en él soltando un bufido. Él había reaccionado tal y como ella esperaba. Lo había hecho a propósito, entonces, ¿por qué se enfadaba? Porque se sentía ridícula. No sabía como coquetear con un hombre, y menos con el hombre del que estaba enamorada. “He reservado mesa en ‘Tokado’s’, ¿lo conoces?” dijo él para romper el molesto silencio.

 

“Estuve allí una vez. Tienen muy buena cocina” respondió escuetamente evitándole la mirada.  El levantó una ceja y suspiró. ¿Qué le pasaba a la chica? Quizás no tenía que ser tan expresivo cuando la miraba. Buffy parecía asustada.

 

“Con Parker” completó él apretando los dientes. Ella asintió con la cabeza y miró por la ventanilla del coche para no mirarlo a él. “Buffy, no me importa como te vistas, me gustas como eres, y eres preciosa aunque te vistieras con un saco” Ella sintió que todo su enfado se esfumaba. Spike sonaba sincero, y no le había dado importancia a su ridículo numerito anterior.

 

“Dijiste que parecía una monja” contraatacó ella. El le echó un rápido vistazo y después volvió su atención a la carretera.

 

“Fue una broma. Es cierto que vistes demasiado formalmente para tu edad, pero eres una mujer de negocios inteligente y trabajadora, y eso es lo que cuenta”.

 

“Gracias” dijo ella sonriéndole agradecida por sus palabras. El le devolvió la sonrisa y soltando una de las manos del volante, envolvió las suyas que descansaban sobre su falda. Buffy desvió la mirada de la de él y miró sus manos unidas. Spike tenía unas manos grandes y bien cuidadas. Seguro que acariciaban genial… ¡Dios! ¿Por qué siempre tenía que pensar en sexo cuanto estaba a su lado?

 

“Ya estamos” Spike la soltó y se dispuso a aparcar el coche. Ella esperó hasta que el lo rodeó para abrirle la puerta y bajó tomando su mano. Todo parecía de lo más natural, y solo habían pasado tres semanas juntos, con una relación casi platónica, pero ya le sentía suyo.

 

El camarero los acomodó en una discreta mesa y después de entregarles la carta, les dejó solos. Buffy estaba muy nerviosa, y no sabía por qué. El la miraba con un brillo especial en los ojos, pero no decía nada sobre las noticias.

El camarero regresó para tomar nota, y ella tomó un poco del vino que le servía. El sin embargo bebió agua, como había estado haciendo desde se habían comprometido. La verdad, es que quería estar todo el tiempo sobrio, y recuperar el tiempo perdido.

 

“Ya mismo será Navidad” soltó ella, arrepintiéndose en el mismo momento que lo dijo. El levantó los ojos del plato y le sonrió. “Sí, ya sé que acabo de decir una chorrada, pero es que tengo que ir a Toronto la víspera de Navidad, y como teníamos pensado casarnos el día veintitrés…”

 

“¿Toronto? ¡Ah, si! Recuerdo que me comentaste algo sobre un anuncio, pero no me dijiste que debías ir tú” respondió el dejando los cubiertos sobre la mesa, para mirarla.

 

“No pensaba hacerlo, pero es que Landis, se ha puesto enfermo y lo van a operar, y no hay nadie que esté preparado para hacer esa presentación, excepto yo. Había pensado que…”

 

“He hablado con el abogado de mi padre” La interrumpió “Han retirado todos los cargos contra él, y nos han desbloqueado las cuentas. Ya sabes que hace unos días salió en libertad, así que se ha puesto manos a la obra para levantar la empresa” Buffy palideció. No es que no se alegrara de la noticia, pero ahora él no tenía ningún motivo  que le obligara a  casarse con ella.

 

“¿Entonces la boda....?” Preguntó la chica con la preocupación y el miedo impreso en su rostro. El suspiro y Buffy empezó a temblar. Era una tonta, pero no podía evitarlo.

 

“La boda sigue en pie, por supuesto” su voz sonó tan segura y suave, que la hizo llorar. Él se sobresaltó por su reacción. ¿Lloraba por alegría o por…? “¿Ya no quieres que nos casemos, luv?” preguntó en voz baja acercándose todo lo que pudo a ella en la mesa.

 

“Yo…eres tú quien tiene que decirlo…ya nada te obliga y comprendo que no quieras…”

 

“Nunca me he sentido obligado, Buffy. La verdad es que quiero ayudarte, así que…” Spike metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó una cajita que contenía dentro un anillo con un diamante enorme. Spike se arrodilló a su lado y le tomó la mano  “Buffy, cásate conmigo” ella parpadeó varias veces para recuperar el control “Vamos, te dije que lo haríamos a mi manera, así que dime de una bloody vez que sí y terminemos con esto. Todos nos miran, cariño”

 

“Oh Dios, spike” susurró ella al comprobar que todo el restaurante estaba mirándolos, expectantes.”Claro que quiero”

 

El le puso el anillo y  la izó para besarla. Buffy le echó los brazos al cuello y se fundieron en un beso de película. El escándalo de silbidos y aplausos a su alrededor los volvió a la realidad.  Se separaron sonrojados y volvieron a ocupar sus asientos.

 

“He pasado a tu cuenta personal el dinero de la hipoteca de mi piso y del coche, así como todas las facturas que pagaste en su momento. También he hablado con mi padre acerca de la boda, y está encantado con la idea, como era de esperar, quiere conocerte”

 

“¿le has contado la verdad sobre lo nuestro?”

 

“Le he contado que eres una mujer maravillosa, y que espero poder hacerte feliz. Es todo lo que tiene que saber” Ella asintió con la cabeza y él hizo una seña al camarero para que sirviera un poco de champaña. “No tienes por qué preocuparte, amor. Todo va a salir bien, ya verás”.

 

“Spike, no te sientas obligado conmigo. Creo que me aproveché de tu situación…fui muy egoísta. Si no quieres casarte conmigo, lo entiendo…encontraré a otro, tú mismo lo dijiste”

 

“¿En una semana? Buffy, ya te he dicho que me gustas mucho, es más…te deseo, eso no es un secreto para ti, y tú me deseas a mí, lo he visto en tus ojos. Creo que podemos llevarnos bien ¿Tú no?”

 

“No lo sé…supongo que sí. Yo pondré de mi parte todo lo que sea necesario para que funcione y en cuanto a lo de Toronto…”

 

“Podemos ir juntos y aprovechar para tomarnos unas pequeñas vacaciones. Una mini luna de miel. Si te apetece, reservamos una suite y nos quedamos hasta Año Nuevo. Creo que los dos nos merecemos un descanso, ¿no?”

 

“¿luna de miel?” dijo ella abriendo los ojos como platos. El sonrió y tomando la copa de champaña entre los dedos la levantó para brindar.

 

“No me mires así, amor.  Será una ficticia luna de miel, si es lo que deseas. Así tendremos tiempo de conocernos mejor. Tenemos dos años por delante para conseguir ese heredero, no hay ninguna prisa por…consumar el matrimonio, aunque yo lo estoy deseando”

 

 


 

Capitulo 4

Conociendo a la familia.    

 

Spike estaba enfrascado leyendo el testamento.  Era un documento sencillo y claro. El viejo quería asegurar la descendencia y no  confiaba para nada en las cualidades de su nieta para sacar adelante la empresa.

 

Era patente que el abuelo de Buffy se había dejado influenciar por alguien, a la hora de  redactar su testamento, porque la definición que hacía Martin de su supuesto nieto político era la imagen perfecta de Parker. Gracias a Dios, Buffy no se había dejado influenciar por su ex y le había buscado a él. Ese Parker era un auténtico cabrón cazadotes, y estaba seguro de que haría infeliz a la rubia.

 

Ella le había contado como la traicionó con su secretaria. El muy imbécil no supo valorar a la mujer que tenía, pero él no iba a cometer ese error. No es que estuviera enamorado de su prometida, pero la respetaba e iba a intentar hacerla feliz.

 

El sabía lo que era sentirse humillado por la persona que amaba. Todavía recordaba las palabras de Dru cuando rompió con él: “No eres lo suficiente bueno para mí, no puedo seguir contigo, no tienes nada que ofrecer a una chica como yo, ya no”.

 

Esas palabras lo perseguirían siempre. Ahora había recuperado todo su patrimonio e iba a casarse con una mujer preciosa. ¿Dónde y con quien estaría Dru? La verdad es que no le importaba en absoluto.

 

La puerta se abrió en ese momento y él salió de sus pensamientos. Parker cruzó con él una dura mirada y después dejó caer una carpeta sobre su mesa.

 

“Los balances  que me pediste. Está todo detallado y hay un resumen de situación en la última página”

 

“Gracias. ¿Algo más?” dijo Spike levantando la cara hacia el hombre, ya que éste no hacía  nada para salir del despacho.

 

“No puedes casarte con ella”

 

“¿Ah no? Pues creo que el anillo en su dedo dice lo contrario. Solo quedan dos días, y no estás invitado a la ceremonia, por si acaso tenías intención de ir”

 

“Esa boda no se va a celebrar, Pratt. Buffy está enamorada de mí, pero está molesta por ese mal entendido con mi secretaria. Solo ha aceptado tu absurda proposición por despecho. Su abuelo quería que nos casáramos y ella también”

 

“De eso ya me he dado cuenta. Sabes como manipular a la gente” Spike se levantó de su sillón y se acercó al moreno, cuyos ojos ardían de furia contenida “Puede que Buffy y yo no estemos enamorados, todavía, pero nos queremos lo suficiente para casarnos y ser felices. Te advierto por tu bien que la dejes en paz, no te atrevas a molestarla o te arrepentirás, ¿me has entendido, Abrams? Buffy va a ser mi esposa, y no te permitiré ni una sola libertad con ella”

 

“¡No puedes evitar que hable con Buffy, y lo haré cuando quiera!” repitió él perdiendo casi el control. Spike ladeó la cabeza y lo tomó de las solapas del traje, pegando su cara a la de él, intimidatoriamente.

 

“Para ti es la señorita Summers, y cuando se case conmigo, será la señora. Pratt, si te oigo dirigirte a ella de otra forma, te romperé todos los dientes de la boca, ¿ha quedado claro?” Parker cabeceó asustado. Spike lo soltó de mala manera y volvió a su mesa “Ahora largo, tengo mucho trabajo y supongo que tú también”

 

Parker salió a toda prisa y Spike volvió al testamento. El viejo había atado bien el tema de la boda, pensando en todos los detalles. Tenía que ser por la iglesia y deberían vivir en la casa de Beverly Hills durante al menos cinco días a la semana. Así mismo, Martin había nombrado un albacea para que se llevaran a término todas las cláusulas del testamento, un tal Rupert Giles. Tendría que hablar con él.

 

Spike había quedado con su padre para almorzar, y así conocer a Buffy. Guardó el testamento en un cajón de su escritorio y lo cerró con llave. Se levantó con presteza y después de arreglarse el nudo de la corbata, salió a buscar a Buffy. Ella se encontraba en su despacho, hablando por teléfono. Cuando vio entrar a su prometido, le hizo una señal con la mano para que se sentara, terminando la conversación al poco tiempo.

 

“Me acaban de confirmar la reserva del Bond Place Hotel. No he podido conseguir nada mejor con tan poco tiempo, lo siento” dijo ella tras colgar el teléfono. El se apoyó en el escritorio y la miró con cariño.

 

“Ese hotel no está mal, luv. Se encuentra justo en el distrito de los teatros, y está solo a una calle del centro de Eaton, donde hay muchas tiendas. Podemos aprovechar y comprar algo de ropa”.

 

“¿Has estado alguna vez allí? Parece que lo conoces muy bien” Spike dudó. Si, había estado allí un fin de semana con Dru. El fue por negocios y su novia fue a pasar un par de días con él.

 

“Estuve por negocios, hace un par de años. ¿Y si nos vamos? Mi padre es muy puntual y no le gusta que le hagan esperar”

 

“Dame un minuto para arreglarme” Buffy sacó un espejito del bolso y se arregló el escaso maquillaje.  “Ya está, cuando quieras”

 

Spike la tomó del brazo para salir del despacho y juntos bajaron a buscar el coche. Buffy estaba un poco nerviosa por conocer a su suegro. ¿Sería como Spike?

 

Unos minutos después entraron en el restaurante. El camarero los llevó a la mesa donde un hombre apuesto de unos sesenta años esperaba leyendo un diario de economía. El hombre se levantó galantemente al ver a Buffy, repasándola con la mirada.

 

“Supongo que tú debes ser Buffy” dijo besándola en la mejilla “Mi hijo no me advirtió que eras tan guapa”

 

“Encantada de conocerlo, señor Pratt”

 

“Llámame James, querida” ella asintió suavemente con la cabeza y se sentó cuando Spike le retiró la silla. “William me ha contado lo que hiciste por él mientras yo estaba en prisión, gracias”.

 

“Yo pasaba por allí…” dudó Buffy mientras miraba a Spike. No sabía qué era lo que su prometido le había contado a su padre sobre como se conocieron”

 

“A Will le gusta mucho ir a la playa de noche. Fue una suerte que a ti también te guste y le ayudaras a salir del agua cuando le dio ese calambre. Y luego le ayudaste económicamente y le diste trabajo”

 

“Necesitaba un asistente” logró decir tras aclararse la garganta. Spike le cogió la mano sobre la mesa y se la besó. “Will es un magnífico contable. En estas pocas semanas ha logrado poner al día las finanzas de la empresa, y ha conseguido unos acuerdos con los bancos muy ventajosos”

 

“supongo que hubo flechazo entre vosotros. No creí que hubiera ninguna mujer que fuera capaz de llevar a mi hijo al altar. Dru siempre se quejaba de…”

 

“¿Se sabe algo de Linsey, papá?” Le interrumpió Spike al ver la cara de Buffy al nombrar a su ex. ¿Estaba molesta?

 

“Nada. Parece que su última pista lo ubicaba en Méjico”

 

“Será mejor para él no volver”

 

El almuerzo terminó y tras despedirse, volvieron a la oficina. Buffy apenas había abierto la boca en todo el trayecto de vuelta.

 

“¿Algo va mal, gatita?” le preguntó por fin al entrar al ascensor.

 

“Nada, estoy algo cansada. Tengo que ir a recoger el vestido de novia dentro de un par de horas, e ir a la peluquería, a la esteticista… ¡Dios! No pensé que casarse sería tan complicado”

 

“Si quieres nos fugamos y nos casamos solos, pero perderías la herencia. El muy cabrón de tu abuelo ha elegido hasta la jodida iglesia” Buffy sonrió y él la abrazó cariñosamente contra su pecho “ya solo quedan dos días”

 

“Sí. Estoy asustada” el la besó en el pelo y ella suspiró “No te arrepentirás a última hora y me dejarás tirada en el altar, ¿verdad?”

 

“Por nada del mundo, luv. Quiero casarme contigo, ya te lo dije” Buffy levanto la cabeza para mirarlo a los ojos. Tenía que saberlo, aunque doliera.

 

“¿la amas todavía?” él suspiró audiblemente y apretó los labios. Realmente no había tenido tiempo de pensar en Drusilla esas últimas semanas. Había estado demasiado ocupado intentando recuperar la normalidad.

 

“No lo sé, Buffy. He estado enamorado de ella desde que era un adolescente, es difícil saber qué siento ahora” ella asintió y bajó la cabeza. “¿Tú todavía quieres a Parker?”

 

“Nunca he estado enamorada de él. Quería quererlo, pero nunca lo hice. No podía hacerlo estando enamorada de otro” él levantó una ceja al escuchar su confesión. Iba a preguntarle quien era ese otro, pero la puerta del ascensor se abrió en ese momento, haciendo que se separaran.

 

“¿nos vemos esta noche, pet?”

 

“No. Creo que voy a tomar una pastilla para dormir. Si no te importa nos vemos mañana aquí, necesito descansar, estoy agotada”.

 

“Está bien. Llámame antes de acostarte, ¿OK?”

 

“Lo haré, hasta luego” ella se giró para irse, pero él la retuvo por el brazo, besándola suavemente en los labios. Buffy le sonrió y se alejó hacia su despacho. Odiaba a Dru, y se odiaba a sí misma por no ser capaz de quitársela de la cabeza a su prometido.

 

 

La ceremonia fue sencilla, aunque al final hubo demasiados invitados. La noticia había salido publicada en la prensa. Dos de las mayores fortunas del estado se iban a casar, después de un noviazgo relámpago y que nadie se esperaba.

 

Todos los que había vuelto la espalda a Will y a su padre estaban allí con su mejor sonrisa. Los cheques se amontonaban sobre la bandeja de oro que había encima de la gran mesa de caoba donde también se amontonaban los regalos.

 

Ambos habían decidido destinar todo ese dinero a obras de caridad, ya que no podían rechazarlo.

 

La fiesta fue en el mejor hotel de la ciudad, y tras quedarse dos horas atendiendo a los invitados, se despidieron. Tenían alquilada una habitación en el hotel donde se cambiarían de ropa antes de emprender el viaje en avión a Toronto, esa misma noche.

 

A todos les sorprendió que no pasaran la noche de bodas allí, pero James contó que querían llegar pronto a la ciudad para la reunión y que ya tendrían todas las noches de bodas que quisieran una vez allí.

 

Salieron del ascensor en silencio. El la tomaba de la mano, mientras ella miraba el suelo. Ya era la esposa de William Pratt, lo atestiguaba la alianza que llevaba en el dedo.  Lo miró de reojo, intentando descifrar su expresión. Toda la ceremonia había estado serio, aunque le sonrió en el momento que le puso el anillo y dijo sus votos. Ella se emocionó como una tonta y lloró.  Cuando él la besó suavemente en los labios, le susurró al oído ‘ya eres mía’.  Sí, lo era, pero ¿y él de ella?

 

Se pararon ante la puerta de la suite y él la abrió. Buffy se disponía a pasar cuando él la levantó en sus brazos y traspasó el umbral con ella, cerrando la puerta con el pie. Ella se agarró a su cuello y lo miró con deseo. Era su marido, y lo deseaba.

 

“¿Estás nerviosa, señora Pratt?” le preguntó él al notar como temblaba en sus brazos. Ella negó con la cabeza y él la dejó en el suelo después de besarla ligeramente en los labios. “Gracias a Dios todo ha terminado” dijo quitándose la pajarita y desabrochando algunos botones de la camisa.

 

“Ha venido mucha gente. Pensé que sería una boda más íntima”

 

“Esto es lo que mi padre entiende por ‘intima’, amor” Spike se sentó en la cama, y se descalzó, quitándose también los calcetines  “No quiero meterte prisa, pero el avión sale dentro de dos horas, y tenemos que ir al aeropuerto”

 

“Oh, claro” dijo ella apartando la mirada cuando el se sacó la camisa por la cabeza y comenzó a desabrocharse los pantalones. No es que le diera vergüenza verlo desnudo, es que dudaba de sí misma, y temía lanzarse sobre él como una ninfómana. Caminó hasta el tocador y se quitó la diadema de flores que le habían colocado en la cabeza, y la infinidad de horquillas. Su pelo cayó en cascada por su espalda, y sacudió la cabeza para que se soltara del todo.  Lo echó a un lado para desabrochar los innumerables botoncitos, pero le fue imposible. Se mordió el labio para no maldecir, y cuando iba a llamarlo para que la ayudara, descubrió su semidesnuda figura tras ella, por el espejo.

 

“¿Te importaría…?”

 


 

Capitulo 5

Luna de miel en Toronto… o casi.

 

Avanzó hacia ella  despacio. Solo llevaba puestos los pantalones a medio abrochar, y la visión de su ya esposa mordiéndose el labio mientras le exponía su espalda, le estaba excitando. Suspiró ruidosamente y  comenzó a desabrochar los botones  uno a uno. Gruñó de frustración cuando el encaje del sujetador apareció a su vista, y la piel aterciopelada de su espalda le rozó los dedos…o más bien al revés. No pudo resistir la tentación de apartar el vestido hasta que éste cayó a los pies de ella, dejándola solo en ropa interior de fina seda y encaje.

 

William, pasó sus manos por sus hombros, en una leve caricia, mientras ella suspiraba y echaba la cabeza hacia atrás, apoyándose en su hombro. Cerró los ojos cuando él la besó en el cuello y la apoyó contra su cuerpo, acariciándole con una mano los senos y con la otra por dentro de las braguitas. Ella buscó sus labios y movió sus caderas contra su erección, haciéndolos gemir a los dos.

 

Se quedaron así unos intensos minutos, sintiéndose el uno al otro, besándose y acariciándose, pero sin decir ni una palabra. El estridente sonido del teléfono de la habitación los volvió bruscamente a la realidad. Él se separó ahogando una maldición y ella aprovechó para terminar de desnudarse, mientras él hablaba como si no hubiera ocurrido nada entre ellos unos minutos antes.

 

“El taxi espera abajo, Buffy. Tenemos que darnos prisa” dijo viéndola desaparecer en el baño, ya vestida con un conjunto de lana color verde.

 

“Dame cinco minutos” gritó  desde la otra habitación.

 

Spike se vistió a toda prisa, eligiendo unos vaqueros y un jersey negro de cuello alto. En Toronto hacía mucho frío, y él odiaba el frío.  Reunió las maletas y llamó al botones, para que las bajara al taxi. Cuando Buffy salió del baño, él le acercó el bolso y el abrigo, y cogió el suyo, recorriendo con la mirada la habitación, para no olvidarse nada.

 

“¿Nos vamos?”

 

“Si, ya lo tengo todo” dijo  caminando hacia la puerta. Él la siguió y cerró tras él. ¿La notaba decepcionada? ¿O quizás estaba molesta por su avance amoroso? La verdad es que no sabía como actuar con su reciente esposa. Ambos se deseaban, de eso no le cabía la más mínima duda, pero sería muy arriesgado precipitar las cosas entre ellos.

 

Durante el vuelo, estuvieron hablando de cosas banales, pero ninguno dijo nada de lo que casi había ocurrido en la habitación del hotel. Buffy se sonrojó al recordar el cuerpo de su marido pegado por completo al de ella, y sus fuertes brazos rodeándola.

 

Todavía podía sentir como su pecho firme se pegaba a su desnuda espalda, y una sensación de cosquilleo le recorrió todo el cuerpo cuando pensó en lo que había sentido cuando notó algo duro contra su trasero y sus suaves manos sobre su piel...

 

“Te has quedado muy callada, luv. ¿Tienes sueño?”

 

“¿Qué?” Buffy le miró un poco pillada. Él le sonreía abiertamente, como si pudiera saber en qué estaba pensando. Se quitó esa tonta idea de la cabeza. Él no podía saber que hubiera deseado que la hiciera suya en ese momento, aunque hubieran perdido el endemoniado avión “Estoy agotada, ha sido un día muy largo y dentro de unas horas tengo esa importante reunión…” se quejó amargamente  tratando de disimular.

 

“Puedes quedarte durmiendo toda la mañana si quieres, Buffy. La reunión es a las cinco de la tarde, así que podrás descansar todo lo que quieras”

 

“¿Qué vas a hacer tú mientras?” le preguntó ella un poco recelosa. Él había declinado amablemente su oferta para acompañarla a la reunión, alegando que no tenía ni idea sobre presentaciones de publicidad.

 

“Daré una vuelta por la ciudad, y buscaré un bonito restaurante para cenar, ¿te parece bien?”

 

“Creo que volveré demasiado cansada de esa reunión, ¿te importaría si cenamos en el restaurante del hotel?”

 

“Claro que no, cariño. Tenemos mucho tiempo por delante para divertirnos” él inclinó la cabeza y la besó ligeramente, volviendo a su asiento. “¿Por qué no tratas de dormir un poco? Todavía tardaremos en llegar un buen rato. Yo haré lo mismo”

 

“Si, será lo mejor”

 

Buffy cerró los ojos y trató de no pensar en nada, pero no podía. William estaba muy distante con ella, aunque la trataba con mucho cariño y respeto. El beso que le había dado hacía poco, no era ni por asomo un beso pasional, más bien fue una caricia, como si hubiera besado a su hermana. ¿Sería su matrimonio así? ¿Podría él olvidar a Drusilla y enamorarse de ella? Lo veía difícil, pero no tiraría la toalla. Era joven y bella, y su marido no era inmune a sus encantos, de eso estaba más que segura.

 

 

Tal y como había dicho su marido, el hotel no estaba tan mal. Estaba bien ubicado y tenía bastantes servicios, así como un buen restaurante, el ‘Garden Café’.

 

Buffy estaba tan cansada, que no se enteró cuando Spike se acostó a su lado, tras ayudarla a colocar la ropa de las maletas. Él había esperado pacientemente a que ella se desvistiera en el baño, mientras él hacía lo propio en el dormitorio.  En deferencia a ella, se había puesto los pantalones del pijama, ya que nunca lo usaba, ni siquiera en invierno.

 

Él también estaba cansado, pero  ver a su lado a la chica que era su esposa, con ese exiguo camisón transparente, no ayudaba mucho a conciliar el sueño. Casi lo estaba consiguiendo cuando se giró en sueños y pegó su cuerpo a de él, echando una pierna encima de su cintura. La reacción de su cuerpo ante tal contacto fue inmediata: como siempre que ella le tocaba se endureció. Ahogó un gemido y tras levantarle la pierna con la mano, trató de alejarla de él, pero ella le abrazó, colocando la cabeza sobre su pecho.

 

El comenzó a sudar copiosamente. Tenía que hacer algo, ¿pero qué? Buffy ronroneó y se acomodó mejor contra él, moviendo su pierna por encima de su erección, rozándola. Eso fue demasiado. La poca resistencia que tenía se quebró y girándose un poco la abrazó fuertemente, buscando sus labios en un beso desesperado.

 

“Buffy, OH Buffy” gimió en su boca. Ella tenía los ojos cerrados, y él se preguntó si seguía dormida. No podía hacerle el amor de estarlo, sería… Intentó apartarse de ella, pero su esposa lo agarraba con fuerza, gimiendo entre sueños, abriendo su boca para él, y presionando sus senos contra su pecho.

 

Spike hundió la cara en su cuello, besándola ardientemente mientras que una de sus manos descendía entre sus muslos, buscando el triángulo oscuro que había entre ellos. Buffy abrió los ojos abruptamente y gritó en su boca, cuando él alcanzó su punto húmedo y lo acarició de forma experta.

 

“William, ¡Dios mío!” atinó a decir cuando sintió como sus dedos la invadían y su boca capturaba uno de sus pezones a través de la seda de su camisón.

 

“Deduzco que ya te has despertado, amor” dijo él sonriendo deslizándose por su cuerpo y apartándole el camisón, para descubrir unas pequeñas braguitas blancas “¡Oh Dios” gimió, apartándolas con los dientes, y dejando que su lengua se deslizara entre sus muslos. Ella arqueó la espalda y enterró los dedos en su pelo, abriendo las piernas más para él.

 

“las…las bragas…” tartamudeó, cuando notó como él las rasgaba para deshacerse de ellas. “¡OH! ¡Espera, Spike, para! ¡No!”

 

“¡¿Quéee?!” gruñó él levantando la cabeza para mirarla “¿quieres que me detenga? ¿Ahora?”

 

“Si. Yo no… no quiero que tú…” él levantó una ceja escéptico, y hasta sonrió divertido por la situación.

 

“¿Qué es lo que no quieres, amor?” dijo echando una ojeada a sus cuerpos juntos “Me estás rodeando con tus piernas y tienes metidas tus preciosas manos entre mi pijama y mi piel, apretándome contra ti… Yo diría que lo último que deseas es que pare”

 

“¡Oh Dios!” Buffy sacó las manos como si de repente el contacto de su trasero contra ellas le quemara, y desenroscó las piernas de su cintura, muerta de vergüenza “No me había…por favor, apártate” suplicó con las mejillas sonrosadas y a punto de llorar.

 

“¡¡¡Bloody hell!” Spike se levantó de un salto y se acomodó el pantalón del pijama, girándose para que ella no viera su excitación, marcada en él, aunque era tontería, porque sabía que Buffy era cociente del estado en que se encontraba.

 

“Lo…siento” Buffy lo oyó maldecir antes de meterse en el baño, sintiendo después el agua de la ducha. Cuando salió diez minutos después con el pelo húmedo y con una toalla rodeándole la cintura se tranquilizó. Su gesto ya no era molesto, sino resignado “Spike yo…”

 

“Creo que voy a ir a dar una vuelta” le interrumpió mientras buscaba ropa que ponerse en el armario. Sacó un pantalón negro y una camisa del mismo color, comenzando a vestirse de espaldas a la cama. Buffy se mantuvo en silencio, sin saber qué hacer o decir. ¡Era su noche de bodas y él se marchaba a ‘dar una vuelta’!”

 

“Espera, quiero explicarte…”

 

“¡No!” Gritó cogiendo su cazadora y su cartera “ahora no, por favor”

 

Spike salió dando un sonoro portazo y Buffy se encogió en la cama. ¿Qué había hecho?

 

 

 

Capitulo 6

Dudas y recelos.

 

Buffy no podía concentrarse en lo que estaba haciendo. Ese contrato era muy importante para la empresa, pero sus cinco sentidos estaban en el hombre con el que se había casado el día anterior, y no precisamente en los seis ejecutivos que la escuchaban con atención mientras exponía los pormenores del anuncio de su producto.

 

En cuanto Spike salió por la puerta, tras el fallido intento de consumar el matrimonio, había tratado de dormir, pero fue inútil. Estaba preocupada. Él regresó varias horas después, para acostarse a su lado sin decirle ni una palabra. Era obvio que había vuelto a beber, pues olía a alcohol y tabaco…y a perfume de mujer. ¿Habría sido capaz de acostarse con otra? Esa idea no se le había quitado de su atormentada cabeza. ¡Pero el le prometió serle fiel! Claro, que fue antes de que ella lo calentara la noche de antes  y después lo dejara a medias…

 

“¿… No, señorita Summers?” Buffy salió del trance y miró a Luke Marlow, el presidente de ‘Marlow & Asociados’.

 

“Ahora soy Señora Pratt, pero puede llamarme Buffy, señor Marlow” dijo con una sonrisa, preguntándose si cuando volviera al hotel, su marido estaría ya de vuelta de su paseo por la ciudad. Apenas habían hablado durante el almuerzo, y él se había ido al gimnasio del hotel mientras ella se duchaba para su reunión. No había vuelto.

 

“Perdone, no sabía que se había casado. Cuando hablamos hace un par de días, no me dijo nada…”

 

 “No suelo hablar de mi vida privada con mis clientes, pero sí. Me casé ayer” respondió Buffy con suavidad mientras recogía sus cosas.

 

“¿Ayer?” Marlow abrió mucho los ojos y sonrió. Era un hombre de mediana edad, pero bastante atractivo. “Vaya, pues entonces enhorabuena, Buffy. Su marido es un hombre con suerte, y tutéeme, por favor. Ya que su empresa va a llevar nuestra cuenta, será mejor que nuestra relación sea de total confianza”.

 

“Entonces… ¿Le ha gustado la presentación?”

 

“Me parece perfecta, Buffy. Ahora discúlpeme, tengo que ir a una cena de negocios. La llamaré dentro de un par de semanas para cerrar los detalles, ha sido un placer” el ejecutivo le tomó la mano y se la besó, saliendo de la sala de reuniones seguido de todo su séquito. Era uno de los hombres más ricos del país, y además, soltero. Había visto la mirada de decepción cuando le dijo que era casada, pero estaba segura de que iba a invitarla a salir, y era mejor cortar por lo sano.

 

 

Cuando Buffy regresó al hotel, estaba agotada. Solo pensaba en darse un largo y caliente baño y después hablar con su marido de lo ocurrido la noche anterior. Se  había comportado como una tonta rechazándole, cuando lo deseaba. Se prometió a sí misma que sus miedos y fantasmas no volverían a entorpecer su relación con Spike.

 

Pensando en todo eso, abrió la puerta de la habitación y miró a su alrededor, esperando encontrarlo, pero no oyó nada. Una mueca de desilusión cruzó su rostro, pero se animó a si misma pensando que él quizás la esperaba en el bar del hotel, mientras se tomaba una copa. Dejó el bolso sobre la cama y fue quitándose la ropa empujando la puerta del baño con el pie descalzo, mientras se desabrochaba el sujetador de encaje. Un sorprendido Spike giró la cara en su dirección al escucharla entrar. Estaba desnudo, secándose con una toalla el torso. Buffy no pudo evitar que sus ojos fueran directos a su entrepierna, lanzando una exclamación de sorpresa al ver su longitud y grosor. La noche pasada no había podido percatarse bien de los ‘atributos sexuales’ de su marido, pero estaba gratamente sorprendida.

 

“Lo…lo siento. No sabía que estabas en el baño” tartamudeó intentando fijar su mirada en sus burlones ojos azules, totalmente sonrojada.

 

“He llegado hace cinco minutos de mi paseo por la ciudad, y me apetecía un buen baño” respondió él enrollándose la toalla alrededor de las caderas. Buffy suspiró y siguió la mirada de él, que estaba posada en sus pechos erectos “¿hace frío?”

 

“¿Qué? ¡No! Digo si… en fin mejor espero que termines” Buffy rescató la camisa que su marido había dejado en el suelo y se cubrió con ella, reculando hasta la puerta “no te molesto más…”

 

“Supongo que si te sugiero que te duches mientras me afeito, lo considerarás una locura…así que hasta luego, pet, no tardo nada”

 

“¿Ducharme? Yo…creo que mejor voy eligiendo lo que me voy a poner, si no te importa… No es nada personal, es que…”

 

“Ok, luv” Spike se reclinó sobre el lavabo, dándose espuma de afeitar en la cara, sin prestarle mayor atención. Su expresión era inescrutable, como casi siempre. Más que enfadado parecía fastidiado, como si ella fuera un gran grano en su culo, más que una esposa, algo confusa con sus sentimientos.

 

Cuando Spike salió unos minutos después, recién afeitado y oliendo a un suave pero caro, aftershaves, Buffy dio un respingo. Se había colocado el albornoz del hotel, y el lucía todavía la toalla blanca. Él no la miró y fue directo al armario, sacando unos pantalones vaqueros oscuros, una camisa verde y una chaqueta de cuero negra. Buffy se levantó de un salto, antes de que el se despojara de la toalla, encaminándose al baño. Todavía tenía impresa en la retina la imagen de él desnudo, con su piel dorada húmeda y sus perfectos músculos marcándose con cada movimiento de su cuerpo… mejor se duchaba –pensó-  quitándose el albornoz y abriendo el grifo del agua fría.

 

 

Estaban sentados en una mesa en un rincón del gran comedor del hotel. Una vela blanca, rodeada de un centro de flores, adornaba la mesa, dándole un toque de romanticismo. Buffy miraba de soslayo a su marido, intentando entablar conversación, pero excepto cuando le preguntó que quería para cenar y si le apetecía vino blanco o rosado…no había intercambiado una palabra con ella. Se comió un suculento postre de chocolate, mientras Buffy eligió una pieza de fruta.

 

“¿No piensas hablarme en toda la noche? Creo que te estás comportando de forma infantil, Spike” él arqueó una ceja y la miró fijamente.

 

“¿De qué te apetece hablar, cariño? ¿Del tiempo? ¿La Navidad? ¿Los jodidos renos de Santa, o eso es también demasiado infantil?”

 

“No es necesario que seas cínico. Quedamos en que no nos acostaríamos hasta que nos conociéramos mejor, y tú estuviste de acuerdo” él lanzó una carcajada y se inclinó sobre la mesa para hablarle mucho más cerca.

 

“Sí, es cierto. Como también lo es que me alentaste anoche, para después hacerte la virgen ofendida, y que yo sepa no lo eres desde hace tiempo…”

 

“Una mujer está en su derecho de decir ‘no’ en el momento que quiera, independientemente de si es virgen o no” respondió ella ultrajada.

 

“Y yo me detuve en cuanto me lo pediste, solo que no entiendo el por qué de tanta comedia. Me comes con los ojos, me deseas y deseas que te haga el amor” susurró haciéndola enrojecer hasta las cejas.

 

“¡Yo no te…! Spike, esta conversación es estúpida y no voy a seguir escuchándote” Buffy intentó levantarse, pero él la sujetó del brazo, impidiéndoselo “Suéltame”

 

“¡Me vas a escuchar!” Buffy soltó un suspiro de frustración pero no se movió “No voy a volver a importunarte con mis…atenciones, pero te advierto que te mantengas alejada de mí y de mi dormitorio, por tu bien. He cancelado la reserva del hotel, así que mañana a primera hora regresamos a casa. Allí fijaremos unas reglas de convivencia a gusto de los dos, querida esposa”

 

“¿No crees que le das demasiada importancia a un poco de sexo?”

 

“No es por el sexo, de eso puedo tener cuanto quiera. Tú me arrastraste a esta farsa de matrimonio, te comprometiste a hacer que funcionara, pero sin embargo te ríes de mí, provocándome. No voy a permitir que ninguna mujer vuelva a hacerlo, Buffy, y menos una de la que no estoy enamorado”

 

Spike se levantó furioso. Buffy también lo hizo y los dos se encaminaron al vestíbulo del hotel “No me esperes levantada” dijo él encendiendo un cigarrillo y caminando hacia la salida con paso majestuoso, atrayendo las miradas de las mujeres con las que se cruzaba.

 

 

 

Capitulo 7

Un nuevo año

 

Buffy estaba dando vueltas por la habitación cuando lo oyó. Eran más de las dos de la madrugada, y Spike por fin regresaba. Corrió hasta la cama y se tapó con las sábanas, haciéndose la adormilada. Su marido abrió la puerta en ese momento y entró en la habitación con paso cansado. Buffy levantó la vista hacia él y se enfadó al comprobar su estado. Llevaba la camisa medio sacada del pantalón, y la chaqueta de cuero en el hombro. Su pelo estaba revuelto, y marcas de carmín rojo llenaban su cara y su cuello.

 

“¿Dónde diablos has estado?” se sorprendió a sí misma por la pregunta y el tono en que la formuló.

 

“De fiesta, por supuesto” contestó él dejando la chaqueta sobre una silla y dirigiéndose al mini bar. “Estaba celebrando mi noche de bodas”

 

“Estaba preocupada. Creo que salir corriendo no es la forma de arreglar lo nuestro” él se encogió de hombros y comenzó a desvestirse con dedos torpes “¿has estado con otra mujer?”

 

“y si fue así ¿a ti qué? Nuestro matrimonio ha sido pactado, no tengo por qué serte fiel”.

 

“Me prometiste que lo serías, que me respetarías…” masculló Buffy furiosa.

 

“Y tú dijiste que querías tener un hijo conmigo. Lo veo difícil si no nos acostamos. Tal vez deberías buscar a tu amigo Parker, o a ese tipo del que dices estar enamorada para que te deje embarazada y así no perder tu jodida herencia. Seguro que a ellos no les pones ninguna pega”

 

“¡¡Eres un cerdo bastardo!!” gritó Buffy antes de cruzarle la cara con una bofetada. El soltó una maldición y la atrapó por la cintura, besándola con furia. Estaba algo borracho y no pensaba muy bien lo que hacía, solo sabía que tenía que besarla. Buffy pataleó cuando él la alzó y la dejó caer sobre la cama.  “¡William, no!”

 

“¡Oh Dios!” él la liberó de inmediato al escuchar su voz asustada. ¿Qué le estaba pasando? ¿En qué clase de hombre se estaba convirtiendo? “¿Estás bien, luv?” le preguntó al verla encogida sobre la cama.

 

“¡Lárgate! ¡Déjame sola!” él se acercó sacudiendo la cabeza intentando despejarse. Se sentó con cuidado a su lado y la giró con delicadeza hacia él.

 

“Lo siento, pet. Creo que he bebido demasiado. ¡Perdóname! Estos últimos meses han sido terribles para mí, no pienso con claridad”

 

“Yo también lo he pasado mal. ¿Sabes? Mi novio me dejó, mi abuelo se muere y me pone una absurda cláusula en el testamento y mi marido…”

 

“ … Se comporta como un completo gilipollas” Spike suspiró sonoramente e intentó suavizar el tono de su voz “Mira Buffy, será mejor que hablemos mañana con tranquilidad. No anulé la reserva del hotel, lo dije porque estaba enfadado…además de que no hay aviones de regreso en estas fechas”.

 

“Pues menos mal” contestó ella con sorna. El cerró los ojos un segundo y después continuó hablando.

 

“¿Qué te parece si mañana nos damos una vuelta por esas tiendas del centro? Podrías comprarte algo bonito para  la Fiesta de Fin de Año”

 

“Sí, podría” dijo ella algo más relajada. Miró con culpabilidad sus dedos marcados en la mejilla de él, le había dado fuerte “Ahora me gustaría dormir un poco, estoy muy cansada” él asintió con la cabeza y se levantó de la cama, cogiendo una de las almohadas. Buffy vio como la dejaba sobre el sofá que había en la habitación y sacaba una manta del altillo del armario, para dejarla también sobre él, improvisando una cama. Estuvo tentada de invitarlo a compartir la cama, pero no confiaba en sí misma, y no quería volver a hacer el ridículo y enfadarlo nuevamente.

 

Tendría que hablar con él y contarle lo que le pasaba, pero le daba vergüenza que se riera de ella. No podría soportarlo.

 

 

Los días habían pasado rápidamente. Spike se comportó con ella como todo un caballero, llevándola a conocer la ciudad y de tiendas. Ella se quedó con las ganas de preguntarle si la noche que se enfadó con ella le había sido infiel, pero no se atrevió. Pensó que era mejor no saberlo, así dolía menos. Porque le dolía. Tanto, que le hubiera gustado estrangular con sus propias manos a la fulana que le dejó las marcas de pintalabios en su cara y cuello.

 

Él había dormido todos esos días en el sofá, pero no se quejaba. Se las arreglaba para levantarse antes que ella para estar duchado y vestido antes de que se levantara, y salía a tomar una copa al bar del hotel por las noches mientras Buffy se preparaba para dormir, dándole un poco de espacio.

 

Esta noche sin embargo, fue distinto. Era el día de Fin de Año, y se preparaban para asistir al gran cotillón que se celebraba en el hotel. Antes habría una cena, y después la fiesta en sí en uno de los grandes salones de que disponía el establecimiento. Era una fiesta de disfraces.

 

Ambos se quedaron  perplejos cuando se vieron el uno al otro. Buffy se quedó con la boca abierta cuando su marido salió disfrazado de ¿vampiro? Si, eso parecía por la ropa negra que llevaba y el espeso maquillaje blanco de su cara. Cuando le sonrió, le mostró unos hermosos colmillos de pega manchados de rojo que le venían de muerte. Los pantalones negros de cuero ajustados a sus caderas le hacían parecer más sexy y siniestro de lo que nunca lo había visto. Llevaba el pelo de punta engominado, y los ojos ligeramente pintados, realzando el azul de sus ojos.  Sonrió cuando vio sus uñas pintadas de negro, ¿era un vampiro gótico?

 

Él también se había quedado extasiado mirándola. Ella vestía como una antigua dama de la corte inglesa del siglo dieciocho. Llevaba un bonito vestido blanco de gasa, que dejaban al descubierto sus suaves y redondeados hombros,  y presumiblemente llevaba un corsé hacía que sus senos amenazaran con salirse del escote en cualquier momento. El pelo lo llevaba ligeramente rizado, dejando que sus rubios tirabuzones acariciaran sus hombros y su espalda. Realmente estaba preciosa.

 

“Estás muy bonita, luv” logró decir después de unos intensos minutos mirándose.

 

“Yo quiero que me muerdas, big bad” contestó ella inclinando la cabeza con gracia, exponiéndole su cuello. Después de su discusión, no se había besado ni una sola vez, ni siquiera se habían tocado, ni por accidente.

 

“Si lo hago, me pertenecerás para siempre” dijo caminando hacia ella con paso lento “he visto muchas películas de vampiros, y cuando muerden a una bella chica, pasan a convertirse en sus esclavas…sexuales”

 

“¿Ah si?” Buffy retrocedió un poco cuando se dio cuenta de que lo estaba provocando nuevamente. Él se dio cuenta de su  indecisión y se paró en seco. Llevó una de sus manos hasta su suave mejilla y la acarició, maldiciéndose por no saber como llegar a ella. Buffy se mantuvo quieta hasta que su mano se deslizó hacia su escote, atrapando uno de sus senos. Se apartó de él y se dio la vuelta, para escapar de su mirada.

 

“Buffy, solo dime una cosa, ¿Soy yo? ¿Te pasa solo conmigo?” su voz sonaba imperiosa y agitada. Ella negó con la cabeza y el respiró mejor. “Entonces… ¿Es con todos los hombres? ¿Odias el sexo? ¿Algún cabrón te ha forzado?”

 

“No he estado con muchos hombres, y no  odio el sexo ni me han forzado, es solo que…” Buffy se paró, sintiendo que se ahogaba. Spike anduvo unos pasos y colocó sus manos sobre sus hombros desnudos, haciéndola girar para afrontarla. Con una mano le levantó la barbilla para mirarla a los ojos.

 

“Puedes contarme lo que sea, luv. Sólo quiero entenderte y ayudarte. ¿Es por ese hombre del que estás enamorada…?” Buffy abrió los ojos sorprendida. ¿Creía que no quería acostarse con él porque estaba enamorada de otro? Sintió ganas de reír, porque ese otro era él mismo, pero la cosa no estaba para bromas.

 

“Yo… mira Spike, no deseo hablar de eso ahora, solo quiero que sepas que no es por ti, ya sabes que me…gustas mucho, eres mi marido y te prometo que solucionaré esto que me pasa, solo sé un poco comprensivo, por favor”

 

“Está bien” Spike la soltó y se giró echándose una última ojeada al espejo. Le costaba un poco de trabajo hablar con los jodidos colmillos, pero ya se había acostumbrado. “Tengo algo para ti, cariño” dijo sacando un estuche de terciopelo de su abrigo, que estaba echado sobre una silla “Creo que irá bien con tu vestido”

 

“No tenías por qué…” dijo Buffy cuando él sacó un valiosísimo collar de diamantes de la caja y lo puso delicadamente en su cuello “¿Son de verdad?”

 

“Y tanto. Me ha costado una pequeña fortuna, junto con esto. Feliz Año Nuevo, luv” Spike le colocó también los pendientes a juego y se alejó un paso para admirarla. Buffy se había quedado sin habla, y su corazón latía con fuerza. “la chica que alquilaba los disfraces me mostró tu vestido antes de subírtelo. Una dama que se precie debe llevar diamantes en su presentación en sociedad”

 

“¡Oh muchas gracias” Buffy se lanzó en sus brazos y él la abrazó con precaución, sonriendo. No quería hacer nada que la molestara. Ella lo besó en la mejilla, pegándose a  él y sintió que todo su cuerpo se ponía en marcha. Maldijo cerrando los ojos, ¿Cómo era posible que una caricia tan casta le provocara una reacción tan exagerada? ¡Maldita sea! ¡Necesitaba sexo ya, o se volvería loco! Nunca se había  excitado con el abrazo de una chica, ni aún siendo adolescente y teniendo las hormonas más que revueltas.

 

¿Tan necesitado estaba? No. Era ella. Solo le pasaba con ella, de eso estaba seguro, de otra forma se habría acostado con la chica que conoció en el bar y que prácticamente se lanzó en sus brazos. Pero con ella no había feeling, no había ese deseo ni esa atracción que sentía cuando tenía a Buffy cerca… No deseaba a ninguna mujer más que a la suya, Joder  ¿Es que se había enamorado de su esposa?

 


 

Capitulo 8

Besos de vampiro.

 

Cuando entraron en el abarrotado salón, todas las miradas se giraron hacia ellos. Hacían una pareja algo extraña, ella vestida de época y él de vampiro gótico, con ese largo duster de cuero y esas botas de combate gastadas por las puntas.

 

Habitualmente las parejas iban conjuntadas, pero los dos decidieron darse una sorpresa el uno al otro, y bien que lo habían conseguido. Spike la tomó de la mano y la condujo hasta el centro de la pista de baile, tomándola en sus brazos para bailar una suave música lenta. Procurando guardar un poco las distancias, Spike rodeó su pequeña cintura con los dos brazos y ella le echó los brazos al cuello, acariciando su nuca con los dedos.

 

“¿Piensas bailar toda la noche con ese duster puesto?” le dijo con una sonrisa.

 

“Me ha costado una pasta y me gusta. Creo que lo voy a usar todos los días para ir a trabajar, me da un aspecto siniestro, ¿verdad?”

 

“Siniestro y sexy. ¿De donde has sacado las botas? ¿Las alquilaban?”

 

“No. Se las compré a un vagabundo que dormía en un banco del parque. El muy cabrón me timó cien dólares por estas antiguallas”. Buffy rió y el la acercó un poco más, sin que ella opusiera resistencia.

 

“Se está tan bien aquí…ya queda poco para empezar el Año Nuevo”

 

“Y una vida nueva, luv” Spike bajó la cabeza y la besó en la mejilla con dulzura. Ella cerró los ojos y se dejó llevar por el mágico momento de estar en sus brazos sin miedos.

 

Estuvieron bailando durante mucho tiempo, tanto que no se percataron de que estaban a punto de dar las doce. El salón hervía de gente, y todos estaban preparados con sus copas de champaña para dar la bienvenida al año. Las luces se amortiguaron y en una gran pantalla un reloj comenzó la cuenta atrás.

 

Spike alcanzó dos copas de la bandeja de un camarero que pasó a su lado y le ofreció una a Buffy, que la aceptó con una sonrisa. Buffy no podía apartar los ojos de él, estaba tan guapo incluso con ese exagerado maquillaje. Cuando la cuenta atrás cesó, un gran estruendo sacudió la sala. La música y los gritos de la gente saludando al Nuevo Año ensordeciendo todo a su alrededor. Las parejas se besaron, despojándose a continuación de sus máscaras. Buffy esperaba con la respiración cortada a que él diera el primer paso. Y lo hizo. Se acercó a ella y plantó un suave beso en su mejilla. Buffy abrió mucho los ojos, sorprendida y trató de sonreír, pero solo le salió una mueca.

 

“Feliz Año Nuevo, nena” le dijo con una sonrisa.

 

“Feliz Año también para ti” respondió ella a duras penas. Spike bebió de su copa y ella hizo lo mismo. ¿Qué esperaba? ¿Qué él la tomara en sus brazos y la besara apasionadamente después de todo lo que había pasado? Era una tonta. Quizás si se sinceraba con él…pero no. No quería arriesgarse a sus burlas. Se bebió la copa de golpe y ella misma tomó otra de una bandeja. Spike levantó una ceja, pero no dijo nada. La música había cambiado a una endemoniada melodía. Buscó con la mirada un lugar donde sentarse, y suspiró al ver un rincón, escasamente iluminado, al fondo del salón.

“¿Quieres sentarte? Esta música que vuelve loco”

 

“A mí también, y sí, quiero sentarme. Creo que el champaña está haciendo mella en mí”

 

“¡Pero si solo has tomado un par de copas” Buffy se encogió de hombros y el sonrió, poniendo una mano en su cintura para dirigirla al lugar que había divisado. Buffy se sentó con cuidado, pues su basto vestido le impedía ponerse cómoda, pero para su asombro, su marido dejó a un lado sus exquisitos modales para esparramarse en el asiento, mirando a su alrededor con suficiencia.

 

Buffy estaba más tiesa que un palo, intentando no mirar a las parejas que se comían a besos y otras cosas peores en los lugares más oscuros del salón. Spike Se levantó un momento para traer nuevas bebidas y ella aprovechó para relajarse. ¿Seguiría Spike tan distante toda la noche? Cada vez que lo miraba, tenía unas intensas ganas de que la abrazara, que la besara como al principio de su relación cuando sabía que él no iría más lejos y estaría a salvo. Pero no podía provocarlo, ni pedirle que solo la besara, ningún tío haría eso. No se conformaría con tan poco. Como Parker. ¡Maldito fuera! El tenía toda la culpa de lo que le pasaba.

 

Spike volvió en ese momento y ella se tomó la copa de champaña sin degustarla siquiera. El levantó una ceja y se sentó, guardando las distancias.

 

“¿Te ocurre algo, pet?” le preguntó con una sonrisa insolente en su hermosa cara.

 

“Nada. Es solo… que me siento como un bicho raro…Todos estos están… y nosotros no…” Buffy señaló a una pareja que casi estaban haciendo del amor a menos de tres metros de ellos. “No me hagas caso, supongo que estoy algo susceptible…”

 

Spike la miró fijamente y suspiró. Si, él también estaba más que jodido. Todo el mundo a su alrededor se lo estaba pasando en grande con sus parejas, y ellos parecían dos gilipollas amargados. Suspiró nuevamente y abrió sus brazos para ella.

 

“Ven aquí, cariño” Buffy abrió mucho los ojos y dudó. ¿Qué era lo que Spike pretendía? El vio el miedo en sus ojos y rodó los suyos, apretando la quijada “Solo quiero abrazarte,  y sé que tú también lo estás deseando. Prometo que haré solo lo que tú quieras que haga”.

 

Buffy gateó sobre el gran sofá que hacía esquina y Spike tiró de ella para ponerla sobre su regazo. El gran vestido impedía el contacto directo entre ellos, pero a Buffy no le importó. Él le rodeó la cintura con los brazos y ella apoyó la cabeza sobre su pecho. Buffy cerró los ojos y estiró las piernas sobre el sofá, relajándose.

 

“Esto ya está mejor” dijo él besándola en el pelo “¿Sabes? Hace unos meses todo mi interés estaba en la empresa de mi padre y en mi novia, y ahora…”

 

“Sé lo que quieres decir… ¿Volverías con ella? Digo si no nos hubiéramos casado y volviera a pedirte una oportunidad”

 

“No” dijo él con rotundidad “Ya lo hemos intentado muchas veces, pero no funciona. Ella me ha sido infiel por lo menos en dos ocasiones, y la perdoné, supongo que porque en el fondo no la amaba.

 

“¿Y tú a ella? ¿Alguna vez…?”

 

“No. Es cierto que cuando nos hemos separado durante un tiempo por alguna de sus infidelidades he estado con otras mujeres, pero siempre le fui fiel. Después de la última vez, estaba tan dedicado a emborracharme y compadecerme de mí mismo, que ni siquiera eché un polvo ocasional. Así que, como ves, soy casi virgen” Buffy se rió ante este último comentario e intentó llegar hasta su copa. El se adelantó y se la acercó “¿Tú has tenido muchos novios?”

 

“No, solo Parker y un chico con el que salí en el instituto. Bueno, con ese último no me acosté, era demasiado joven y…”

 

“¿Ese chico del instituto es del que estás…?”

 

“No” interrumpió ella tosiendo y devolviéndole la copa “Ángel era el capitán del equipo de béisbol, y yo una de las animadoras. Salimos varias veces, pero al final me dejó por la capitana, Cordelia. Supongo que estarán casados y tendrán un montón de hijos”.

 

“Está bien, no quieres decirme quien es el chico en cuestión” su tono era un poco enojado y Buffy no pudo evitar levantar una mano y acariciar su mejilla con ella. El capturó su mano y la llevó a sus labios “Por lo menos me dirás que fue lo que te pasó con Parker para que huyas del sexo… ¿Fue por cogerlo con su secretaría?”

 

“En parte” Buffy se notaba más segura. El champaña obraba milagros, y se sentía con fuerzas para contárselo todo. El bajó la cabeza y antes que pudiera protestar, capturó sus labios entre los suyos, besándola con tanta ternura que creyó morirse y estar en el cielo. Buffy se apretó contra él y le devolvió el beso, introduciendo la lengua en su boca, ansiando mucho más. Sabía que él no intentaría ir más allá en público, y se sentía segura. El hizo descender sus manos y puso la de ella sobre su sexo duro y palpitante y Buffy gimió en su boca. Sin hacer caso de sus perjuicios y de la razón que le decía que tenía que parar, le desabrochó el pantalón y metió su mano dentro, volviendo a gemir cunado tocó el miembro duro y caliente.

 

“¿Entonces? ¿Qué fue lo que ese cerdo…?” Buffy sacó la mano de golpe y se apartó de él, respirando entrecortadamente. “Buffy, dime lo que te hizo y le mataré”.

 

“No me hizo nada. Es lo que dijo” explotó ella. “Se rió de mi cuando le cogí con su amante. Dijo que era una frígida inútil incapaz de correrse y que follarme era igual que hacerlo con una muñeca hinchable!”

 

Buffy se levantó y salió corriendo al baño, llorando. Spike se había quedado mudo por la impresión, incapaz de reaccionar. Ahora la entendía. Ese cabrón la había humillado de la peor forma que se podía hacer y delante de su amante. Era lógico que tuviera miedo de volver a confiar en alguien íntimamente, y que además pensara que todo lo que el capullo dijo era verdad. Se recompuso la ropa maldiciendo a Parker y a toda su familia, en cuanto le echarla la vista encima...

 

Se levantó dirigiéndose hacia los baños femeninos, pero alguien le interceptó el camino.

 

“¡¡Drusilla!!, ¿Qué bloody hell haces aquí?”

 


 

Capitulo 9

Sorpresa, sorpresa.

 

 

 Spike miró a la chica morena he había sido su novia sin expresión en su cara. Quizás unas semanas atrás habría estado enfadado, dolido…jodido, pero ya no. Drusilla había pasado a ser un leve recuerdo y ya no lo afectaba para nada. Sin embargo si se había sorprendido al verla en el salón. Según sus últimos informes, ella estaba en Europa y el último lugar donde esperaba encontrársela era justo allí.

 

“¿Cómo estás William? Feliz Año Nuevo” dijo acercándose sinuosamente para intentar besarlo. El dio un paso atrás levantando las cejas a modo de advertencia y ella se detuvo “Solo quería saludarte”

 

“Ya me has saludado. Ahora date media vuelta y desaparece por donde has venido, Dru. Ha sido un placer volver a verte” dijo con sarcasmo intentando sortearla. Dru le cogió el brazo y Spike miró la mano como si fuera lo más repugnante que hubiera visto en su vida. “Tengo prisa Dru”

 

“¿Al final ha conseguido cazarte, eh? Me he enterado en cuanto regresé. La pequeña Summers es una mujer insistente” Continuó la morena soltándolo y mirando el anillo en el dedo de su ex novio.

 

“No sé de qué demonios hablas, Drusilla, y la verdad es que tampoco me importa” Spike se giró hacia la puerta del baño de señoras justo cuando Buffy salía de él. Sus ojos se cruzaron un momento y él le sonrió. Buffy palideció y sintió que las piernas le temblaban cuando reconoció a la chica vestida de negro que había al lado de su esposo. Ella si que hacía buena pareja con él, disfrazada de gótica de la cabeza a los pies. Antes de que pudiera moverse, Spike había llegado hacia ella, seguida de la Reina de las Tinieblas. “¿Estás lista, nena?”

 

¿Lista? Pensó Buffy levantando una ceja para después detener sus ojos en la chica de negro.  Drusilla la miró con frialdad, repasándola de arriba abajo.

 

“Es un disfraz muy original, Buffy Summers, aunque el negro es el color favorito de William. ¿Te acuerdas de mí? Supongo que si. Estuvimos charlando un poco en la casa de tu abuelo, en aquella fiesta.

 

Buffy cerró los ojos y deseó que la tierra la tragara. Dru no sería capaz de contarle a Spike… ¡Dios! ¡Lo prometió!

 

“¿Os conocíais?” su marido la miró algo confundido y ella asintió con la cabeza. “Esa fiesta fue hace cinco años, y no recuerdo haberos visto hablar, es más, apenas me acuerdo de ti”

 

Buffy estrechó los ojos y sus rasgos se endurecieron. Claro que él no se acordaba de ella. No le había hecho ni caso en todo ese fin de semana. Dru ocupaba todos sus pensamientos.

 

“Digamos que tu mujercita y yo tuvimos unas palabras cuando la descubrí descolgándose por el balcón de tu habitación con una de tus camisetas puestas” Spike abrió mucho los ojos y Buffy gimió, bajando los ojos al suelo.

 

“¿Qué hizo qué?” Spike vio como Buffy intentaba irse y la sujetó por la cintura con los dos brazos, tirando hacia él.  Buffy se resistió, pero él la giró y le lanzó una mirada de advertencia. “Vamos a aclarar esto, pet. No se qué demonios está diciendo Drusilla, pero por tu cara veo que algo pasó”

 

“¡Ella prometió cerrar la boca! ¡Mi abuelo le dio un montón de dinero para que lo hiciera!” gritó Buffy al borde de las lágrimas.

 

“Tu abuelo ha muerto, y mi promesa con él” dijo Dru sonriendo siniestramente. “Y William merece saber toda la verdad sobre ti. ¿Por qué no le has contado que hace cinco años, y aprovechándote de que él estaba muy bebido y que te confundió conmigo te colaste en su habitación por la noche para comprometerlo? Ya entonces querías cazarlo, estabas obsesionada con el. Gracias a Dios te cogí antes de que él llegara más lejos contigo y se viera obligado a cumplir con tu abuelo”

 

“¡Eso no es verdad  zorra mentirosa!” Buffy salió corriendo entre la multitud y esta vez Spike no la detuvo. Estaba demasiado aturdido para reaccionar. Trató de pensar en esa noche, pero todo lo que recordaba era haber cogido a Dru montándoselo en el jardín con uno de los invitados a la fiesta, deslizarse de allí sin ser visto y ponerse ciego de whisky.

 

Sacudió la cabeza y después de lanzarle una dura mirada a Drusilla se alejó en dirección contraria a Buffy, saliendo al jardín trasero, encendiendo un cigarro para relajarse. Por lo que Dru decía, Buffy había urdido un plan hacía cinco años para comprometerlo. Entonces tendría unos veinte años, no era una menor pero si ella lo hubiera acusado de algo, su reputación como hombre de negocios intachable se hubiera ido al infierno. A esa fiesta acudían muchos empresarios y gente de posición en la ciudad con la que el trataba a menudo, y tirarse a la nieta del dueño de la casa con su novia allí, traicionando su hospitalidad, habría sido muy mal visto.

 

Sin embargo no creía capaz a Buffy de hacer eso. ¿O si? Lo había estado siguiendo durante semanas hasta que le propuso este absurdo matrimonio cuando él lo había perdido todo.  Pero ella estaba enamorada de otro tipo, ¿No? Otro…¡Dios! Ahora lo comprendió, ese otro era él. ¡Buffy estaba enamorada de él desde hacía años! Tal vez obsesionada. Dru tenía razón en una cosa…al final había logrado cazarlo.

 

                    

 

Buffy llegó corriendo a la habitación, con la necesidad imperiosa de matar a alguien. Cerró la puerta de golpe y se quitó como pudo el maldito vestido de época. Dru le iba a contar todo a Spike. Todo. Y ella se moriría de la vergüenza.

 

Después de desmaquillarse y ponerse el pijama, se metió entre las cálidas sábanas, mirando con insistencia hacia la puerta. Spike llegaría en cualquier momento y le pediría explicaciones. ¡Era el peor día de Año Nuevo de su vida!

 

Cerró los ojos y las imágenes sobre esa noche la golpearon. El bailando con Dru, comiéndosela con los ojos y besándola. Abrazándola y demostrándole cada minuto lo enamorado que estaba de ella. Como ella intentó llamar su atención varias veces, para solo conseguir una sonrisa de compromiso o una mueca.

 

Lo siguió toda la noche, sin que él se diera cuenta. Tenía que aprovechar ese fin de semana, y disfrutar de él todo lo que pudiera, aunque fuera de lejos. Pronto debía volver al internado y tardaría meses en volverlo a ver.

 

Cuando le siguió al jardín, no pudo ver que le molestó,  pero tuvo que ser algo fuerte porque de ahí se fue directo a la biblioteca de su abuelo y salió dos horas después dando traspiés. Se había emborrachado. Le perdió dentro de su habitación, y ella volvió a la suya cuando vio que Dru no iba a pasar la noche con él, ya que se había retirado a su cuarto hacía más de quince minutos y no salía.

 

Sin embargo no podía dormir. Se levantó y sin saber como se encontró dentro de la habitación del hombre del que se había enamorado con solo verlo un par de veces esa semana. El dormía a pierna suelta con solo una fina sábana cubriendo su cuerpo desnudo. Buffy se quedó con la boca abierta admirándolo. Su pecho y abdomen estaban firmes y  bien trabajados y sus brazos robustos y de músculos bien definidos. Se puso roja por la excitación cuando su mirada se detuvo en el final de su abdomen, y pudo descubrir el nacimiento de vello oscuro, que llevaba a su oculta virilidad bajo la sábana.  ¡Dios! ¡Era lo más hermoso que había visto en su vida!

 

Retiró la mirada de su cuerpo y lo fijó en su cara. Tenía los ojos cerrados y la boca levemente abierta, respirando con normalidad. Buffy deseó sentir esos labios en los suyos y no dudó en acercarse más a la cama e inclinarse sobre él. La noche era oscura, apenas entraba luz por la ventana y se sentía a salvo. El estaba dormido, nunca lo sabría.

 

Posó los labios sobre los de él y gimió al sentirlos contra los suyos. No era la primera vez que besaba a un hombre, pero el contacto aunque leve, le produjo una reacción en cadena por todo su cuerpo, deseando mucho más. Se separó un poco y colocó sus manos a cada lado de su cabeza, inclinándose de nuevo. Esta vez pasó la lengua por su labio inferior saboreándolo, mordiéndolo despacio y recorriéndolo hasta que la boca se abrió para ella y dos brazos la rodearon haciéndola caer sobre él. Buffy se agitó pensando que él se había despertado, pero no le importó.

 

Lo único que le importaba era sentir su cuerpo apretado contra el suyo, sus manos que la apresaban y su boca en la suya mientras sus lenguas se enredaban. Buffy perdió la cabeza cuando sintió como el se endurecía contra su estómago, bajo la fina tela de la sábana y el camisón que los separaba. Había perdido la cabeza, pero necesitaba entregarse a el. William seguía besándola, entre sueños alcohólicos. Buffy sabía que no se estaba comportando bien, pero era su única oportunidad. Cuando oyó como alguien intentaba abrir la puerta, la sangre se le heló. Saltó de la cama y huyó hacia el balcón entreabierto. En el camino cogió una de sus camisetas negras y se la puso, así pasaría más inadvertida en la oscuridad, ya que el camisón blanco la haría visible en medio  de la noche. Pero no fue suficientemente rápida. Cuando se descolgaba por la enredadera, oyó una voz sobre su cabeza y la levantó, viendo a una furiosa Drusilla llamándola de todo. La habían cogido.

 


 

Capitulo 10

Porque te quiero.

 

Buffy no pudo evitar temblar cuando vio la puerta abrirse. Cerró los ojos unos segundos tratando de tranquilizarse y se sentó en la cama, abrazándose las rodillas con los brazos, encogida. El se paró ante la puerta y la miró, apoyado contra ella con los brazos cruzados sobre el pecho. Buffy lo recorrió con la mirada, su atuendo y el brillo fiero en sus ojos le hacían parecer un depredador a punto de devorar a su presa. Un vampiro en busca de sangre… la suya.

 

“¿Dru te lo ha contado…todo?” preguntó tragando con dificultad, sin saber muy bien de donde le había salido la voz.

 

“Prefiero que lo hagas tú. Al fin y al cabo, eres mi mujer, aunque solo sea en el papel” respondió él despegándose de la pared y caminando hacia la cama, despojándose del duster y dejándolo sobre una silla. “Quiero toda la verdad, Buffy”

 

Su voz era serena, pero firme. Ella cabeceó asintiendo, y se levantó de la cama, abrazándose a sí misma.

 

“Es un poco largo de contar… ¿No prefieres quitarte antes todo ese maquillaje?”

 

Spike asintió levemente y se dirigió al cuarto de baño.

 

Si, es mejor que ambos nos quitemos el maquillaje- piensa suspirando

 

Diez minutos después tiene la cara churreteada de blanco y está más que furioso.

 

“¡No hay forma de quitar esta mierda de mi cara! Dice asomando la cabeza por la puerta el baño “¿Tienes algo para quitarlo?”

 

Buffy reprime una sonrisa y va hacia él, pasando por su lado sin tocarlo.

 

 “Siéntate ahí” dijo señalándole el retrete. El bajó la tapa y se sentó pacientemente. Buffy fue hacia su neceser y sacó unas toallitas desmaquillante, cogiendo un par de ellas y yendo hacia él “cierra los ojos” él lo hizo y ella se colocó entre sus piernas abiertas, tomándolo del mentón mientras le iba quitando el maquillaje.

 

“¡bloody noche…! ¡Con lo bien que había empezado…! ¿Quieres que hablemos por la mañana? Es algo tarde y supongo que estarás cansada…” ofreció con una sonrisa.

 

“No dormiríamos ninguno de los dos” él abrió un segundo los ojos y la miró. Buffy tenía los ojos enrojecidos, pero parecía tranquila. Demasiado tranquila “Te vi un par de veces en la oficina de mi abuelo, la primera vez fue casualidad. Yo acababa de empezar mis vacaciones de Navidad, y fui a verlo allí. Estaba esperando a que saliera de una reunión, cuando te vi. Salías de la sala de juntas con mi abuelo y ni siquiera me miraste”

 

“Lo siento” dijo él sin abrir los ojos. Ella se encogió de hombros y continuó:

 

“Le pregunté a mi abuelo quien eras, y él me contó todo sobre ti. Me dijo que estabais cerrando un negocio y que os reuniríais en unos días. Estuve yendo a la oficina de mi abuelo todos los días, hasta que volví a verte. Incluso os llevé un par de cafés al despacho de mi abuelo”

 

“¿Tú eras la de los cafés?” preguntó Spike abriendo los ojos. Ella afirmó y él le sonrió “Recuerdo que me fijé en tu culo, pero no en tu cara” Buffy le dio una colleja y el se quejó “vale, sigue con la historia”.

 

“Convencí a mi abuelo para que hiciera esa fiesta. No me había dicho que tenías novia, y se me vino el mundo encima cuando te vi aparecer con ella” el volvió a abrir los ojos y los fijó en ella. Realmente veía angustia en sus facciones y dolor. Tiró de su mano y la sentó sobre sus rodillas, rodeándola con sus brazos por la cintura. Ella dejó las toallitas sucias sobre el lavabo y miró hacia delante, evitando sus ojos “Fue entonces cuando me di cuenta de que me había enamorado de ti. No soportaba verte besándola, cuando lo que quería es que me besaras a mí… Sin embargo, la oportunidad se presentó…”.

 

“…Cuando te colaste en mi dormitorio” completó él. Ella asintió con la cabeza e intentó levantarse, pero él no la dejó “Continúa, ahora viene lo mejor, supongo”

 

¿Se estaba riendo de ella? Se preguntó Buffy. No parecía en nada enfadado, por el contrario parecía divertido con la situación.

 

“Te seguí cuando saliste esa noche al jardín. Quería hablar contigo, aunque fuera una sola vez, pero algo pasó porque antes de que te alcanzara tu volviste con la cara desencajada. Pasaste por mi lado, yo diría que sin verme, como siempre” dijo apretando los dientes. El ladeó la cabeza y su voz la golpeó.

 

“Siento si no te vi, amor. Estaba algo cabreado. Ver a mi novia montándoselo con un tío tras un seto, no me puso de muy buen humor” confesó haciendo una mueca.

 

“¿Dru estaba con otro?”

 

“Si. Era una zorra. No se si fue la primera vez que me coronó, pero no fue la última. Pero  ya me daba igual. Cuando me dejó fue una bloody liberación”.

 

“Y una suerte para mí” él puso mala cara y ella continuó. Tenía que explicarle que no había intentado meterlo en un lío. “Cuando saliste de la biblioteca de mi abuelo ebrio, me preocupé. Te seguí hasta tu habitación y esperé a ver si Dru volvía. Lo hizo más de media hora después que tú y fue directa a su cuarto. Parecía que ella también había bebido…”

 

“…Y follado, aunque no conmigo”

 

“Cuando vi que todo estaba tranquilo, me fui a mi cuarto, pero no podía dormir. Estaba preocupada por ti, así que me levanté y armándome de valor entré a tu cuarto. Solo quería comprobar que estabas bien, te lo juro”

 

“Te creo. Pero no entiendo como terminaste en mi cama. Recuerdo vagamente el beso más caliente de toda mi vida. Cuando desperté por la mañana, pensé que había sido un sueño erótico…tenía una buena resaca, pero me acordaba de ese beso”.

 

Buffy se ruborizó. Ella también se acordó de ese beso, nunca lo había olvidado, ni la sensación de sus manos acariciándola, ni la dureza de su erección contra su estómago…

 

“Fue culpa mía. Me acerqué y te besé. La segunda vez tu reaccionaste y correspondiste a mis besos. Si Dru no llega a aparecer…” Spike alzó las cejas y no pudo evitar reírse. Era la mujer más sorprendente que había conocido. Y era suya.

 

“…me violas” Buffy sonrió también y bajó la cabeza. “lástima que Dru entrara. ¿Qué pasó después? Digo de que te descubriera huyendo como un Romeo cualquiera”.

“Buscó a mi abuelo, que todavía no se había acostado y le contó su versión de lo sucedido. Le dijo que me había aprovechado de ti, porque estabas borracho y que se lo contaría a todo el mundo por la mañana. Dijo que lo que yo buscaba era ponerte en un compromiso para que tuvieras que casarte conmigo”.

 

“Buffy, tu eras mayor de edad, y eso del honor ya no se lleva”

 

“Si. Pero mi reputación se habría ido a la mierda si Dru hubiera abierto la boca. Dru también dijo que si alguien se enteraba de que había estado en tu dormitorio, no confiarían en ti. Mi abuelo leyó entre líneas y le ofreció una buena cantidad a tu novia para que cerrara la boca”.

 

“La muy zorra… ¿y qué pasó contigo? Tu abuelo no me dijo nada, y seguimos con nuestros negocios.

 

“Le prometí alejarme de ti y buscarme un novio. El quería apartarte de mí todo lo posible, pero le hice prometer que no te perjudicaría”

 

“Mi ‘caballera andante’…” dijo él sonriendo y besándola en la frente “Siempre vienes en mi ayuda, ¿eh? No puedes evitar el protegerme y preocuparte por mí”

 

“Eso es porque te quiero, Spike. No fui a tu habitación para comprometerte, ni te propuse este matrimonio  para aprovecharme de la situación. Fue porque te vi perdido y al límite. No niego que me vino muy bien, pero te lo propuse porque tenía miedo que hicieras una tontería, puedes creerme o no”.

 

“Deberíamos irnos a dormir, es ya muy tarde” dijo el incorporándose y dejándola de pie en el suelo.

 

“Si no me crees, podemos divorciarnos. No te pondré ningún impedimento. No me importa la herencia”.

 

“Tengo que pensar en todo lo que me has dicho, Buffy. No te niego que estoy confuso, pero no enfadado. Me halaga que alguien me quiera tanto como tú, pero es demasiada información para digerir de golpe. Ahora si me disculpas…”

 

Spike salió del baño y ella le siguió. El se desnudó y se puso el pantalón del pijama. La habitación estaba bien caldeada y no hacía nada de frío. Vio como se sentaba en un sillón y encendía un cigarrillo, mirando a través de la ventana. Buffy suspiró y se metió en la cama. Spike sabía toda la verdad sobre ella. Ya no había secretos entre ellos, pero Dru estaba rondando por allí. ¿Intentaría volver con su marido? Ella le había ofrecido un divorcio sin problemas. Si Spike seguía enamorado de ella, era su oportunidad, y no podría hacer nada para retenerlo.

 


 

Capitulo 11

Y nos vamos de compras.

 

La había sentido dar vueltas en la cama casi toda la noche, él mismo no durmió casi nada, dedicándose a fumar y a pensar en todo lo que le había contado.

 

Casi tuvo que aguantar la risa pensando en su rubia esposa descolgándose por un balcón y a Dru en la parte de arriba mirándola con los ojos desencajados. Era cómico. Pero no lo que sucedió después. Buffy lo tuvo que pasar realmente mal enfrentándose a su abuelo y a la arpía que una vez fue su novia.

 

Menos mal que al final se había librado de ella. Tendría que darle las gracias a Lindsey, después de todo por liar todo ese follón con el fisco.

 

Eran casi las ocho cuando dejó de darle vueltas a la cabeza. Necesitaba una ducha y una dosis de café bien cargado para espabilarse. Echó una mirada a la cama y sonrió. Buffy por fin se había dormido hacía un buen rato. Se acercó a la cama y se sentó en el filo, contemplándola. ¡Dios! ¡era tan bonita! Apartó un mechón de pelo de su cara y suspiró. ¿Por qué todo era tan complicado? Dru, Parker, la herencia… ¿Qué hubiera pasado si él se hubiera despertado esa noche antes de que la descubrieran? Posiblemente le habría hecho el amor. Y habría mandado a Dru a paseo. Estaba seguro de eso.

 

Se inclinó sobre ella y la besó en los labios dulcemente. Buffy gimió bajito y él sucumbió a la tentación de apretar el beso un poco más.  Ahora supo lo que tuvo que sentir ella en aquel momento que le robó el beso. El también deseó más, pero no era el momento. Se apartó de mala gana y suspiró hondamente, levantándose y yendo hacia el baño. Una buena ducha le vendría genial. Iría a la cafetería, tomaría un café y  cuando volviera a la habitación, llevaría a Buffy a dar una vuelta, intentando comenzar de cero.

 

Quince minutos después estaba degustando el líquido negro, sentado en la barra de la cafetería.

 

“¿has pasado buena noche, mi niño? Tienes ojeras”

 

Spike giró la cabeza a su derecha y no ocultó un gesto de desagrado, al ver a su ex junto a él.

 

“¿No es muy temprano para ti, Dru? Es la primera vez que te veo levantada a las nueve de la mañana” dijo con sarcasmo.

 

“Cuando la ocasión lo vale…” Dru se sentó a su lado en uno de los taburetes y puso la mano sobre la de él, suavemente “Cariño, te he echado de menos”

 

“¿A mí o a mis millones?” Spike apartó la mano y sacó un billete, para pagar “lo siento, pet, pero ya escapé a tu atracción. No quiero volver a verte nunca más”

 

“William, ella te engañó, te engatusó para…”

 

“Ella me ama, cosa que tú no has hecho nunca” Spike se levantó suspirando, dirigiéndole una mirada de odio “se acabó, Dru”

 

Ella lo vio alejarse y apretó los dientes con rabia. Era solo una batalla… todavía quedaba la guerra.

 

Cuando Spike llegó a la habitación, se encontró a Buffy paseando por ella. Llevaba puestos unos vaqueros y un jersey de cuello alto, color blanco. Al oírlo, se paró mirándolo a los ojos con indecisión.

 

“Buenos días, amor ¿Te apetece desayunar fuera? Podíamos tomar algo en alguna cafetería del centro y después ir de compras, ¿Qué dices?” Buffy enarcó una ceja y tragó dificultosamente.

 

“Pensé que…íbamos a hablar sobre…”

 

“También podemos hablar” Spike se acercó y le cogió la cara entre las manos, intentando ver en sus ojos “he estado pensando, y este matrimonio va a continuar, pet. Entiendo todo lo que me contaste anoche y te creo cuando dices que todo lo hiciste con buena intención. En cuanto a lo del cerdo de Parker, no te preocupes. Lo arreglaremos”.

 

“¿Y si yo nunca…? ¿Y si en realidad soy…frígida?” Spike soltó una risa y ella frunció el ceño “No es para tomárselo a risa, Spike”

 

“No me río de ti, cariño. ¿Cómo puedes pensar que lo eres? Te he besado mucho durante estos meses, y sé como reaccionas cada vez que te toco, y créeme. No eres en nada frígida. Solo tienes un poco de miedo”

 

“Pero con Parker yo nunca…”

 

“Buffy, no hay ninguna mujer frígida sino hombres egoístas o inexpertos, o las dos cosas. Tú no estabas enamorada de él, y por lo que he entendido, él no hacía nada para excitarte, ¿no?” ella se encogió de hombros, solo se había acostado con Parker así que no podía opinar. “yo te demostraré lo caliente y sexy que puedes ser” le dijo al oído haciéndola temblar solo con sus palabras. Buffy se aferró a su cintura cuando él la besó ardientemente en los labios, buscando su boca con ansia, hasta que los dos quedaron jadeantes, mirándose. “¿Ves? Pues imagínate todo lo demás, luv”

 

“Prefiero probarlo, cariño. Bésame otra vez, por favor” Spike sonrió y la volvió a besar queriendo fundirse con ella. Cuando se separaron un poco para respirar, Buffy sintió un poco de miedo. El  lo captó de inmediato, así que le dio un rápido beso en los labios y llevándola por la cintura, la condujo hasta la puerta.

 

“Vamos a por ese desayuno. Esta noche te prometo el cielo, ya verás”

 

Buffy sonrió y se agarró a su cintura. Todavía le temblaban las piernas por el beso, y el corazón le latía con fuerza. El le había dicho que quería seguir con ella, pero no si la amaba. Tampoco podía preguntárselo directamente. Por lo menos se preocupaba por ella, y la creía por encima de Dru. Eso ya era algo.

 

Después de desayunar en un íntimo café, se fueron de tiendas. Spike la convenció para que comprara ropa más de su edad, y algunos vestidos de fiesta. Buffy se negó en redondo que él entrara con ella a comprarse ropa interior, así que él se fue a la cafetería mientras ella elegía unos conjuntos muy atrevidos. No estaba segura de si iba a ser capaz de lucirlos delante de él, pero lo intentaría.

 

La dependienta la animó a comprarse un minúsculo camisón de seda negro transparente, con un tanga a juego del mismo color. El camisón se abría por delante, dejando a la vista el ombligo, y todo lo demás se dejaba entrever por la fina seda. Cuando la chica llegó con unas sandalias negras a juego, Buffy se puso roja de vergüenza. No debía haberle dicho a la chica que estaba en su luna de miel.

 

Después de coger todas las bolsas y pagar, Buffy caminó hacia la cafetería. Spike se encontraba tomando una cerveza, apoyado en la barra. Una chica pelirroja, sentada a su lado no paraba de sonreírle, hablándole sin cesar.

Buffy sintió que se ponía roja de la furia. ¿Cómo podía tontear con otra estando en su luna de miel? Se acercó a ellos pisando fuerte y con la mandíbula apretada.

 

“Hola cariño” Buffy se colgó de su cuello y le dio un húmedo beso, con toda la lengua, tras soltar las bolsas en el suelo. Spike la cogió de la cintura, muy sorprendido, pero no hizo nada para apartarla. Fue ella la que lo dejó tal como lo había asaltado, girando la cara hacia la chica, que la miraba con la boca abierta. “¿Y tú quien eres?” le dijo clavándole la mirada.

 

“Se llama Wendy y trabaja en una peletería de la segunda planta. Le estaba preguntando qué le vendría mejor a mi friolera mujercita, ya que no te has traído nada y antes has dicho que tenías frío” dijo Spike mirándola divertido.

 

“¿Peletería?” repitió Buffy mirándolos a ambos “No me gustan los abrigos de pieles. Es cruel matarlos solo por su piel. No se debería hacer negocio con la vida de indefensos animales”. La dependienta la miró con los ojos muy abiertos, sintiéndose ofendida. Spike se levantó y dejó unos dólares sobre la barra.

 

“Mi esposa quiere decir que muchas gracias por la información, Wendy, hasta otra”

 

“Yo…” Spike tiró de su brazo y ella protestó “Spike, ¿pero qué haces? ¡Me has dejado con la palabra en la boca!

 

“Creo que ya has dicho suficiente, cariño” dijo parándose en seco y dándole un rápido beso “estás más guapa callada”

 

“Eres un…capullo” dijo ella sonriendo.

 

“Un capullo muy afortunado” Spike le cogió las bolsas de la mano y comenzó a caminar, seguido por ella. Buffy se agarró a uno de sus brazos y comenzó a canturrear “muy, muy afortunado”.

 


 

Capitulo 12

Primera vez

 

Cuando Buffy se bajó del taxi al llegar al hotel estaba agotada. Habían pasado todo el día fuera, viendo la ciudad y comprando cosas. Spike la ayudó con las innumerables bolsas, y después de pagar la carrera, fueron hacia el ascensor. Buffy miraba al suelo, estaba un poco nerviosa por lo que debía de pasar esta noche. Spike le había prometido el cielo, pero tenía miedo de defraudarlo, como pasó con Parker.

 

“¿Qué pasa luv?”

 

“Nada, solo estoy un poco cansada. Nos hemos recorrido toda la ciudad”

 

“Nos ha venido bien para despejarnos un poco. ¿Te gustó él restaurante?”

 

“Si, la cocina francesa es una de mi favorita. La cena ha estado genial”

 

“Pues espérate al postre” le dijo con una seductora sonrisa. Buffy se sonrojó y le sonrió también a duras penas. La puerta del ascensor de abrió y ambos salieron, caminando hacia su habitación.

 

Una vez dentro dejaron las bolsas sobre la cama. Buffy se frotaba las manos, muy nerviosa así que él pensó en darle un poco de espacio.

 

“Voy a darme una ducha. Si quieres mientras ve colocando esa ropa” le dijo yendo hacia el baño. Ella sintió con la cabeza y suspiró. ¿Por qué era tan tonta? Iba a pasar lo que ella había estado deseando, desde hacía muchos años. Por fin iba a poder pertenecerle a William por completo y saber que era hacer el amor con el hombre que siempre amó…solo que tenía miedo.

 

Colocó toda la ropa excepto el conjunto de noche negro y las sandalias. Fue hacia el mini frigorífico que había en la habitación y sacó dos botellitas de champaña, sirviendo dos copas y bebiéndose una de golpe. En ese momento William salió del baño, con el pantalón del pijama de seda puesto, y el pelo húmedo. Buffy tragó con fuerza. El transmitía una gran sexualidad cuando se lo proponía y ahora mismo se lo estaba proponiendo.

 

Buffy admiró su masculino cuerpo, sus músculos apretados y la mirada llena de promesas que brotaban de sus azulísimos ojos, los cuales se habían oscurecido por el deseo.

 

“Yo también voy a darme una ducha, ¿me das unos minutos?” él le sonrió y le cedió el paso hasta el baño, apartándose “Gracias”

 

“De nada, amor” Spike vio como desaparecía y suspiró. ¿Sería buena idea seguir adelante? Ella no estaba segura. Bebió su copa de champaña y volvió a servirse. ¿Sería capaz de él con su amor de quitarle todos los temores? Por lo menos lo intentaría. Todavía no estaba preparado para decirle lo que sentía por ella, pero se lo demostraría.

 

La puerta del baño se abrió y se volvió hacia ella, con la copa en la mano. Buffy salió envuelta en el albornoz y él levantó una ceja al verla con unas altas sandalias.

 

“Es la primera vez que lo veo, pero mola” dijo haciendo una seña con la copa hacia sus pies. Ella bajó la cabeza y se sonrojó. “¿Hay alguna sorpresa bajo ese infame albornoz, o es que se te han olvidado las zapatillas de estar en casa?” preguntó con sorna intentando aliviar el ambiente.

 

“Yo…Yo…” Buffy fue a darse la vuelta, pero él la tomó del brazo con su mano libre y la acercó a él, rodeándola por la cintura “estoy un poco nerviosa” admitió cuando él la besó en el cuello, pasándole la lengua por la gruesa vena que palpitaba con desenfreno ante sus caricias.

 

“No tienes porqué. Iremos tan lejos como desees, cariño” Buffy asintió y el dio un par de pasos atrás “¿me dejas ver que llevas debajo?” susurró ladeando la cabeza y sonriéndole como si fuera un niño pequeño que quiere ver sus nuevos juguetes. Ella bajó los ojos y lentamente fue desanudando la prenda, dejándola caer por sus hombros, hasta caer al suelo. Spike apretó tanto la copa en sus manos, que se hizo añicos entre sus dedos, cortándole con los cristales.

 

“Como Dru dijo que el negro era tu color favorito…” dijo Buffy sonriendo al ver su reacción, corriendo a su lado tapándole la herida con el albornoz.

 

“Wow” solo pudo decir sin apartar sus ojos de sus sonrosados pechos, los cuales traslucían perfectamente contra el tejido.

 

“Haría falta llamar al botones y que te viera el médico del hotel, la herida es profunda” Buffy hizo intención de ir al teléfono pero Spike la agarró con la mano sana.

 

“Es solo un rasguño, y no estoy en condiciones de que me vea ningún médico” Spike bajó la cabeza y Buffy se echó a reír al ver lo abultado que estaba su pijama “¿Sabes lo que es una jodida erección instantánea? Yo lo acabo de descubrir. No me había pasado nunca con nadie, luv”

 

“Lo tomaré como un cumplido” dijo ella apretando más la herida.

 

“Lo es. Estás preciosa, cariño” Spike la besó suavemente en los labios y ella le devolvió el beso. El incidente del vaso había conseguido hacerla olvidarse de sus temores. Ahora todo lo que le preocupaba era el profundo corte en la mano de su marido.

 

“Déjame al menos que te la desinfecte. Hay un botiquín en el baño”

 

“Ok, no vamos a tirarnos toda la noche así” dijo Spike señalando el albornoz manchado de sangre. Una vez dentro, se volvió a sentar en el retrete y Buffy sonrió “¿Qué?”

 

“Casi parecemos un matrimonio de verdad. Tú sentado en el baño y yo trasteando en los muebles”

 

“Somos un matrimonio de verdad, o estamos en camino de serlo” Buffy le limpió la herida y se la vendó, mientras él la miraba divertido “al menos ha sido la mano derecha, no tendré problemas para poder trabajar cuando volvamos”

 

“A mi no me apetece volver todavía” Buffy se sentó sobre sus piernas y lo besó en la frente, acomodándose contra su pecho. El la rodeó con los brazos y se echó hacia atrás, pegando la espalda contra la pared “¿Podemos quedarnos más tiempo?”

 

“Había pensado en irnos unos días a un lugar más cálido. ¿Qué te parece el Caribe?”

 

“Prefiero quedarme aquí, contigo. Tengo ese negocio a medias y no puedo alejarme”

 

“Como quieras” Spike se levantó con ella en los brazos y la dejó sobre la cama. Buffy se quedó sin respiración al ver como la miraba. Spike se acercó a la cama contoneándose con una sonrisa curvando sus labios. “Dios, que hermosa estás” dijo tumbándose a su lado acariciándole el brazo. Ella se estremeció y cerró los ojos cuando sintió como la mano llegaba a uno de sus pechos, acariciando su pezón por encima de la ropa, hasta arrancarle un gemido.

 

Spike la besó en los labios, mientras su mano sana vagaba por el cuerpo de ella, prodigándole todo tipo de atenciones. Buffy respiraba con dificultad, y abrió los ojos cuando sintió como el dejaba su boca para seguir besándola en la mejilla, en el cuello y mucho más abajo. Cuando atrapó uno de sus pezones entre sus dientes Buffy gritó y arqueó la espalda sumida en el placer. Spike sonrió y acarició con los dedos su ombligo, provocándole escalofríos por todo el cuerpo.

 

“S…Spike” logro susurrar cuando la mano siguió descendiendo y se introdujo entre la tela del tanga y su piel.

 

“¿No te gusta?” le preguntó levantando la cabeza, buscando sus ojos. Ella los abrió lentamente y le sonrió, asintiendo. “Genial, entonces, ya casi estás preparada para mí” Spike bajó la cabeza hacia su otro pezón, dedicándole las mismas atenciones que al primero.

 

“¿Preparada?” logró preguntar Buffy entre gemidos, notando como él introducía un dedo dentro de ella y con el pulgar le estimulaba su botón de placer “¡Oh Dios, no pares ahora!”

 

“Vamos, nena, déjate ir, confía en mí” Spike movió sus dedos más rápidamente y subió para besarla en la boca, con un beso devastador que la dejó temblando en sus brazos. Spike notó como se convulsionaba y se posicionó sobre ella, embistiéndola con cuidado. Por lo que sabía, Buffy había tenido dos o tres relaciones con el capullo de Parker y podía dañarla si era demasiado impulsivo. “¡bloody hell!”

 

“¿Qué?” preguntó ella alarmada abriendo mucho los ojos.

 

“Estás demasiado bien, no creo que pueda aguantar mucho” Buffy sonrió y le agarró de los glúteos, haciendo que entrara de golpe. Eso fue demasiado para Spike, que tras lograr dar unas cuantas embestidas más, cayó sobre su esposa, vencido por el orgasmo. “Lo siento, pet…no he podido esperarte” masculló con la cabeza enterrada en su cuello. “Te prometo que la próxima vez será mejor”.

 

“Ha estado sensacional” dijo ella abrazándolo y rodeando su cintura con sus piernas “Y he tenido mi primer…un…eso, y ha sido solo con tus caricias”

 

“Estoy algo desentrenado, pero para mí también ha sido genial” Spike se giró y ella quedó encima de él. Despacio, salió de su cuerpo y la besó en la cabeza “¿Estás bien?” le susurró al oído.

 

“Muy bien. En el cielo, tal como me prometiste”

 

“Yo siempre cumplo mis promesa, Sra. Pratt”

 

Buffy lo besó en el pecho y cerró los ojos. Si, el siempre cumplía sus promesas y le había prometido que esto funcionaría, y estaba segura de que así sería.

 

 

 

Capitulo 13

Regreso a casa… ajetreado.

 

Los siguientes días fueron de ensueño. Buffy aprendió todo lo que tenía que aprender referente al sexo. Su marido la aleccionó sobre todas las formas que conocía de hacerlo: de forma suave y romántica, puramente sexual, las dos mezcladas… a ella le gustaban todas.

 

Porque lo amaba.

 

Amaba la forma en que gemía cuando lo montaba, como susurraba su nombre cuando lo satisfacía con su boca y sus manos y como la mimaba una vez que habían terminado de hacer el amor, abrazándola contra su cuerpo y haciéndole saber que no era solo sexo para él. De eso estaba segura, solo que él nunca le dijo que la amaba.

 

Estaban de vuelta a casa en el avión, y él le sonreía con complicidad. Ella no podía evitar el sonrojarse cada vez que él la miraba fijamente a los ojos y levantaba una ceja, o ladeaba la cabeza de esa forma que él solo sabía hacerlo, sonriéndole lascivamente. Sentía como su fuerte sexualidad la abrumaba, poniéndola caliente y deseando con todas sus fuerzas que él apagara todo ese fuego interior.

 

Hacía un poco de frío en el avión, así que una de las azafatas les facilitó una manta y ambos se acomodaron bajo ella. Buffy casi saltó cuando sintió la mano de su marido subir por su muslo, por el interior de su falda. ¿No sería capaz de…? Buffy abrió mecánicamente las piernas para él. Spike tenía la mirada fija en la pantalla de la mini televisión en el respaldo del asiento anterior al suyo, mirando con atención una película de aventuras. Ella cerró los ojos y echó la cabeza para atrás, cuando él alcanzó sus bragas con los dedos, metiéndose entre la tela y su piel.

 

“Spike, no…” logró susurrar sin mucha convicción. Era noche cerrada así que las luces interiores del aparato estaban apagadas y solo brillaba la tenue luz de emergencia. Muchos de los pasajeros dormían y ellos estaban en la última fila.

 

“Shss, relájate cariño y no grites” dijo él volviendo la cara hacia ella y acercándose para darle un suave beso en los labios “disfruta del momento”

 

“Pero es que…” Spike le hizo un gesto con las cejas y ella cabeceó. Se concentraría en disfrutar y no gritar, como él le había pedido.

 

Spike sonrió cuando la sintió temblar y tuvo que echar mano de toda su fuerza de voluntad para contenerse y no seguirla.

 

 

Parker paseaba de un lado al otro del despacho. La muy zorra de su ex se había casado con Pratt. Eso quería decir que sus días en la empresa estaban contados. Estaba seguro que el nuevo propietario de la empresa lo pondría de patitas en la calle en cuanto regresaran de la mini luna de miel.

 

“Maldita zorra” masculló entre dientes marcando un número de teléfono. Cuando la voz aterciopelada le respondió, respiró hondo “Hola, ¿Cómo ha ido todo?” esperó pacientemente a que su interlocutora lo pusiera al día y después lanzó el teléfono contra la pared. “Tengo que largarme ya, pero antes…”

 

Parker tecleó en el ordenador y volvió a maldecir. No podía hacer la transferencia hasta dentro de por lo menos veinticuatro horas. Y no podía irse con los bolsillos vacíos. Tendría que esperar.

 

 

Llegaron a la casa del abuelo de ella al anochecer. Era una residencia colosal, tal y como la recordaba. Tenía dos pisos y la rodeaba un jardín frondoso. No era el tipo de hogar que a él le gustaba, pero estaban obligados a vivir allí un tiempo, así que tendría que aguantarse. El prefería una casita pequeña y acogedora donde poder criar a sus futuros hijos. Un verdadero hogar lleno de amor, con una verja blanca de madera, no ese gigantesco muro de dos metros que tenía ante él.

 

“Un auténtico mausoleo” soltó cuando las verjas de hierro se abrieron para dejar al taxi pasar. Buffy sonrió y le tomó de la mano.

 

“Vamos a estar poco tiempo aquí, cariño. A mi también me gusta más tu apartamento”.

 

“Cuando estemos más tranquilos buscaremos una casa que nos guste a los dos. ¿Te parece?”

 

“Es una buena idea” él se inclinó para besarla y ella lo atrajo aún más hacia si. ¡Dios! ¡Cuánto lo quería!

 

El taxi se paró y un mayordomo salió para abrirles la puerta. Después de saludarlos, les indicó amablemente que entraran y se hizo cargo de la cuenta del taxista y del equipaje, siguiéndolos.

 

“Hemos dispuesto el dormitorio principal, señor. Y la cocinera ha preparado una cena ligera”.

 

“Gracias. La señora y yo cenaremos en el dormitorio, estamos un poco cansados del viaje.”

 

“Por supuesto. Y enhorabuena a los dos”

 

El mayordomo se fue y él tomó a Buffy en sus brazos, subiendo las escaleras que llevaban al piso superior.

 

“Tú dirás” ella le señaló una de las puertas y él la abrió con dificultad, entrando y dejándola sobre una gran cama con dosel “¡Bloody hell! Voy a tener pesadillas”

 

“Podemos ir a la habitación que ocupaste en aquella fiesta.. Es algo más pequeña, pero acogedora”

 

“¿Aquella en la que intentaste seducirme cuando dormía?” dijo él elevando una ceja. Ella se sonrojó violentamente y apartó la mirada “Me encantará hacer tu sueño realidad… y el mío”

 

“Tú nunca soñaste que me hacías el amor allí…” dijo ella con un hilo de voz. Él tiró de ella y la abrazó con fuerza contra su pecho.

 

“¿Ah no? Por eso cuando desperté tenía un calentón de mil demonios… ¿Sabes que es peligroso dejar a un hombre a medias, amor?”

 

“Más peligroso hubiera sido que tu novia me hubiera pillado en tu cama. Seguro que me hubiera arrancado los ojos. Ya lo intentó cuando me cogió en la ventana”

 

“Me hubiera gustado, ¿Sabes?”

 

“¿Qué me arrancara los ojos?”

 

“Que te hubieran descubierto. Que me lo hubieran dicho. Me habría casado contigo entonces”

 

Buffy levantó la cabeza y él atrapó sus labios, besándola hasta la saciedad. La levantó en peso y caminó por el pasillo hasta llegar a la habitación donde la besó por primera vez. Cerró la puerta con el pie y se derrumbó en la cama con ella, deshaciéndose de la ropa de ambos en un santiamén. La deseaba. Siempre la deseaba. Ella le hacía sentir cosas que nunca imaginó. Buffy era única y él iba a demostrarle que no se equivocó al darle su corazón.

 

 


Capitulo 14

Dos palabras.

 

Spike se estaba afeitando delante del espejo mientras canturreaba una canción. Estaba contento. No recordaba haber sido nunca tan feliz, ni incluso en sus primeros meses con Drusilla.  Buffy era una mujer maravillosa y era suya. Cuando estuvieran instalados y más tranquilos le prepararía algo especial.

 

Tenía que decirle lo que sentía por ella, pero no cuando hicieran el amor, tenía que ser de forma natural, cuando ella menos se lo esperara.

 

Buffy seguía dormida cuando él fue a ducharse. Quería ir temprano a la oficina para enfrentarse a Parker. Hoy sería el último día que trabajaría para ellos, lo quería fuera de la empresa y de la vida de su mujer. Sabía que ella sufría cada vez que no veía, y no porque sintiera algo por el gilipollas, sino por lo mal que la había hecho sentir.

 

Sintió la puerta del baño abrirse y se giró para sonreírle. Buffy estaba despeinada y con ojeras. La verdad es que no habían dormido mucho esa noche, y solo eran las siete y media de la mañana.

 

“¿Por qué te has levantado tan temprano?” le dijo bostezando y achicando los ojos ante la molesta luz de la lámpara. Spike alzó una ceja cuando comprobó que ella solo llevaba puesta una de sus camisetas. Le gustaba ponerse su ropa.

 

“Quiero ir a la oficina a ver como van las cosas. Tú puedes quedarte aquí y descansar. No tardaré más que un par de horas” Spike se limpió los restos de espuma con una toalla y ella se sentó en el retrete, apoyando una mano sobre su pierna mientras lo miraba. Estaba guapo recién duchado, con el pelo mojado, oliendo a gel de baño y desodorante y esa pequeña toalla atada a sus caderas. “Luego podemos ir a comer por ahí, si te apetece”

 

“Me apetece más que te quedes aquí conmigo” dijo Buffy levantándose y abrazándose a su cintura. El la abrazó también y la besó en la cabeza. “Todavía estamos en nuestra luna de miel” se quejó con un puchero.

 

“Llevamos algunos días fuera y quiero cerciorarme que todo marcha bien allí. Después seré todo tuyo, te lo prometo” Buffy alzó la cara y él la besó en la nariz. “¿Por qué no vuelves a la cama, pet? Hace bastante frío”

 

“Entonces llévame” pidió poniendo cara de chica buena. El se rió y la tomó en brazos, llevándola hasta el lecho. La dejó caer con suavidad y se tendió sobre ella, besándola hasta que ella gimió. “¿Pasa algo si llegas media hora más tarde a la oficina? Dijo Buffy tirando de la toalla y poniéndole morritos.

 

“Nada. Si la jefa me lo ordena…no puedo negarme”

 

“Entonces quédate. Tenemos un heredero que engendrar”

 

Spike se tumbó boca arriba arrastrándola con él. Buffy se puso a horcajadas sobre su cintura y se sacó la camiseta por la cabeza, acariciándose los senos mientras se lamía los labios, mirándolo fijamente a los ojos. Spike gruñó y la levantó lo justo para dejarla caer sobre su erección. Buffy se movió en círculos, echando la cabeza hacia atrás, mientras él movía su pelvis al ritmo de ella. Después de todo lo que lo habían intentado últimamente, seguro que eran gemelos, o trillizos.

 

 

Una hora después Spike miró ceñudo los documentos. Había ordenado una pequeña auditoria en la empresa mientras estaban en Toronto, ya que quería tener datos exactos sobre los tejemanejes de Parker, y documentos legales para mandarlo a la cárcel.  No se había equivocado en sus temores. El muy cretino había aprovechado su ausencia para hacerse con más de un millón de dólares, desviando unos fondos a una cuenta de Suiza. Tenía que reconocer que el impresentable era listo. Había creado unas empresas fantasmas, presuntos clientes para despistar, pero él lo era mucho más, y la empresa que hizo la auditoria había descubierto un movimiento extraño de capitales y lo había alertado.

 

Como medida de seguridad, cuando era una cantidad tan elevada de dólares la que se iba a mover, la propia cuenta de la empresa la congelaba, hasta que pasaba unos filtros de seguridad, así que estaba a tiempo de impedir que Parker los estafara.

 

Respiró hondo y se sirvió un café negro. Todas las gestiones habían sido hechas desde el ordenador de la empresa, así que como medida de precaución había mandado a Parker a hacer unas gestiones a un banco, para poder investigar con tranquilidad.

 

Se sentó ante su ordenador y tecleó la clave de seguridad de Parker. Daddy. Si, era un poco tonto. Siempre estaba hablando de su jodido padre, y de cómo había muerto para captar la simpatía de sus compañeros y ligarse a las auxiliares.

 

Después de unos minutos, consiguió entrar en la cuenta receptiva del dinero, donde ya había cerca de doscientos mil dólares ingresados, todos ellos robados en pequeñas cantidades a la empresa. Sonrió he hizo un traspaso, dejándola a cero. Después la canceló.

 

Estuvo mirando un poco más, sin encontrar nada de importancia, y cuando iba a dejarlo, se le ocurrió mirar el correo. Si tenía algún cómplice en la empresa lo sabría.

 

Abrió el correo y alzó la ceja al ver el remitente de uno de los muchos correos de esa persona. Drusilla. ¿Es que el mundo estaba loco? ¿Qué hacían estos dos juntos? ¿Y desde cuando?

Leyó todos los que pudo y palideció. Sabía que su ex no tenía escrúpulos pero hasta este punto… El teléfono interior sonó y lo cogió con la mano temblando. Su secretaria lo avisaba de que Parker había entrado en el aparcamiento. Le dio unas indicaciones y colgó. Esto iba a ser más difícil de lo que pensaba.

 

 

Buffy hubiera querido ir con él a la oficina, pero estaba agotada. El viaje y tanto sexo la había dejado extenuada. Se estiró en la cama y sonrió. Se había casado con William, con Spike. El amor de su juventud, y era una mujer completa. El todavía no le había dicho que la amaba, pero ella notaba que lo hacía. Sus ojos azules brillaban cuando la miraba y le hacía el amor de una forma especial, no era solo sexo, era mucho más.

 

¿Qué habría pasado con Dru? ¿Se habría conformado con perderlo o intentaría algo? Estaba segura de su marido, por ahí no tenía miedo, pero habían estado mucho tiempo juntos y él estuvo muy enamorado de ella, pese a todo lo que le había engañado.

 

Saltó de la cama y fue a ducharse. No podía estar todo el día calentándose la cabeza. Arreglaría sus cosas y después iría a dar un paseo para relajarse, después cuando él volviera irían a almorzar juntos y podría disfrutar otra vez de su compañía, si, eso iba a hacer.

 

 

Parker frunció el entrecejo cuando la secretaria de Pratt le advirtió que el nuevo presidente de la empresa quería verlo en su despacho. Tenía que mantenerse frío y ganar tiempo, hasta que el dinero estuviera desbloqueado, entonces se largaría con Dru a Canadá o tal vez a Brasil. La pareja de idiotas se quedarían con dos palmos de narices.

 

Se arregló la corbata y después de repasar su traje caminó hacia el despacho de su jefe, con una amplia y falsa sonrisa en los labios. Tocó a la puerta y entró cuando recibió el permiso para hacerlo. Entró con paso decidido y se quedó ante la mesa, esperando a que Pratt levantara la mirada y le prestara un poco de atención. Lo maldijo en silencio, pronto tendría su merecido.

 

“¿Querías verme, William?” preguntó después de unos minutos de espera. Spike levantó la vista de los documentos que revisaba y lo fulminó con la mirada, haciéndolo estremecer.

 

“Siéntate Parker” fue una orden más que una invitación. Parker tragó con fuerza e hizo lo que se le mandaba “Deja las llaves del coche de la empresa sobre la mesa y tu acreditación, estás despedido” dijo con voz fría echándose hacia atrás en su asiento.

 

“¿Qué? ¡No puedes despedirme! Llevo muchos años en esta empresa y mi contrato está blindado. ¡Si me despides, tendrás que indemnizarme con medio millón de dólares!”

 

“Cierto. Hay una cláusula en tu contrato donde pone exactamente eso, pero hay otra donde pone que si haces algo en contra de los intereses de la empresa, vas directo a la calle” Spike sacó una copia de la auditoria y la dejó a su alcance “No eres lo suficientemente listo, ni en el amor ni en los negocios, cretino. Esa transferencia no se va a realizar, y he recuperado el dinero que robaste todos estos años. La policía está en camino, así que deja las llaves del bloody coche y tu identificación, ¡ahora!”

 

Parker palideció e intentó decir algo, pero solo logró balbucear. Buscó en sus bolsillos y dejó las llaves del coche y su identificación personal como empleado de la empresa. Spike sonrió complacido y se levantó, caminando por la habitación.

 

“La policía también ha ido en busca de tu cómplice, Drusilla. He puesto disposición del FBI tu ordenador, donde reconoces en unos correos haber secuestrado y matado a Lindsey, después de utilizarlo para estafar a mi padre. Sois un poco torpes, la verdad” se burló abriendo la puerta el mismo cuando tocaron. Varios oficiales de policía entraron en el despacho y después de leerle sus derechos a Parker, se lo llevaron esposado.

 

Spike suspiró hondamente y se dejó caer en el sillón. Todo estaba bien. Solo faltaba una cosa…

 

 

Los siguientes días fueron de infarto. La detención de Dru fue muy sonada, y los periodistas no pararon de molestar, así que Spike decidió que debían tomarse otras vacaciones.

 

Contrató a un experto en finanzas, Wesley W. P. y él se llevó a su esposa al caribe. Estaba harto del frío.

 

Llevaban una semana disfrutando del sol y las playas y todavía no había encontrado la ocasión para decirle lo que sentía. Se prometió a sí mismo que de esa noche no pasaba.

 

Después de  cenar y bailar, salieron a pasear por la playa. Era una noche espléndida y la luna brillaba en el oscuro cielo, reflejándose en el mar. Iban caminando descalzos con los zapatos en la mano, abrazados y en silencio. Algunas parejas retozaban en el suelo, amparadas en la semi oscuridad, y otras se limitaban a pasear, como ellos.

 

Spike se detuvo en seco y la tomó de las manos, mirándola fijamente. Ella le sonrió y esperó pacientemente a que hablara. Sentía como su corazón latía rápidamente, y como empezaba a temblar. El se lo iba a decir. Por fin iba a hacerlo.

 

“Buffy, cariño yo…”

 

“¿Qué?” le animó ella, acercándose un poco más a él. Spike suspiró sonoramente y miró al cielo como pidiendo ayuda. Dios, se sentía estúpido. Solo eran dos palabras, se las había dicho muchas veces a Dru, y ahora…

 

“Pet... ¡Dios, soy un imbécil, no puedo!”

 

“No pasa nada, no es necesario que lo digas si no estás preparado” dijo ella con un susurro, aguantando las lágrimas. No quería que él se viera obligado.

 

“No es eso, amor” Spike le levantó la barbilla y la miró con todo el amor que sentía “Te quiero”

 

“¡Oh Dios!” Buffy se echó a llorar y él reprimió sus lágrimas que amenazaban con escaparse de sus ojos.

 

“No llores, luv. Debí de decírtelo hace mucho tiempo, pero no sabía cómo. Perdóname”

 

“Te has hecho de rogar, big bad” dijo Buffy entre risas y lágrimas echándole los brazos al cuello “dímelo otra vez, por favor”

 

“Te quiero, Buffy. Debo de quererte desde hace mucho tiempo, pero tenía miedo de reconocerlo, y de volver a sufrir”

 

“Yo también te quiero, ya lo sabes. Has sido el único hombre en mi vida, y no va a haber ninguno más. Juntos para siempre”

 

“Juntos para siempre”

 

Spike la besó y supo que era verdad. Nada podría separarlos.

 

FIN