Every Night by Addie Logan y Traducido por Ligia.

 

Después de pasarse el día pensando en Spike, Buffy se encuentra que la visita durante todas las noches...

 

“Buffy...”

Abrió los ojos al oír su nombre, parpadeó para acostumbrar la vista a la oscuridad de la habitación. Vio el rostro del hombre sentado en la cama, sin embargo contuvo la emoción cuando se dio cuenta que la veía como todas las noches.

“Estoy soñando de nuevo...”

Todavía no podía decidirse a odiar, o a que le gustaran esos sueños. A pesar de que volver a sentir sobre su piel las caricias del hombre que amaba era algo que anhelaba con desesperación, tener que pasar las horas que estaba despierta sabiendo que no era real, que nunca volvería a serlo, era a veces demasiado difícil de soportar. Un amante fantasma no era suficiente.

Pero eso era todo lo que tenía.

Él la estaba mirando de esa manera que siempre la asombraba, la que le hacía preguntarse cómo podía expresar su cara, lo que sentía con solo mirarla. Ella no se sentía tan especial, como sus ojos le decían que era, después de todo lo que ella le había hecho, lo que les había hecho a ellos.

Reconoció su mirada, y sus ojos se llenaron de lágrimas. No sabía cómo no había sabido apreciar la belleza de sus ojos cuando estaba con ella, cuando era real. A pesar de que no, de que no era cierto... Pero sí lo había visto, pero no había querido verlo. Se había escondido de la verdad, había ocultado lo que sentía, lo que era para ella.

Ahora no tenía necesidad de ocultar nada. Se había ido. Y todo lo que tenía eran sueños que se desvanecían a la luz del día.

Deseaba no haber tenido que ocultárselo a todos...

Pero los errores del pasado pesaban sobre ella por la mañana, cuando el vacío duraba horas, sin sueños que perseguir.

“Spike...”

El sonido de su nombre hizo que saliera de su ensimismamiento, parpadeó, respiró hondo y entonces su mano le acarició la mejilla. Buffy suspiró con alivio, frotándole la mano. El más leve toque de su mano contra su piel era maravilloso, perfecto.

“Está caliente” murmuró, con voz soñolienta, cerrando los ojos por un momento, volvió la cara para poder acariciar la palma con la nariz  “Es agradable”.

Se echó a reír, en el fondo el sonido de su risa hizo que los sentimientos que una vez quiso acallar se rompieran en su interior. Sin embargo todo estaba marcado por la tristeza, por la tristeza de que esto solo existía en su mente. El hombre más real que nunca había conocido no era de verdad.

Le acariciaba la mejilla con el pulgar, limpiándole las lágrimas.

“Hola, pet. No llores, ¿vale?”

“No puedo evitarlo” respondió Buffy, tratando de no llorar “¡Te echo tanto de menos!”

Spike se inclinó en ese momento como si no pudiera evitar la tentación de besarla, sin embargo no la besó en los labios, sino que fue depositando pequeños besos sobre sus ojos, sobre su frente, sobre su nariz...

“Yo también te he echado de menos, luv” dijo sobre su piel, lleno de emoción “Cada bloody segundo”

Ella no creía que pudiera evitar por más tiempo no llorar. ¿Qué importaba que el Spike de sus sueños la viera llorar? Debería haber dejado que el autentico lo viera más a menudo...

Habría tenido que haber hecho muchas cosas más con el autentico, de todos modos.

“Te quiero. Quiero que me creas. Por favor, Spike...” Buffy no sabía cómo seguía implorándole lo mismo todas las noches. Nunca la creía, nunca le decía nada, de todas maneras. Solo la besaba, la acariciaba, nunca decía nada que hiciera menos pesada la carga de su corazón.

Sin embargo ¿Qué absolución podía darle solo un sueño?

Aunque esta vez hubo un cambio. Lo que había dicho, hizo que tras una pausa, él levantara la vista. Era esa mirada que tan bien conocía, la de la esperanza, la que hablaba de la necesidad de encontrar aquello que tanto había deseado. Se había burlado durante tanto tiempo de él con anterioridad y esos recuerdos hicieron que se llenara de nuevo de culpa y de remordimiento.

No lo iba a rechazar en ese momento, no ahora, aunque eso no era lo que contaba en esos momentos.

Le acunó la cara con manos temblorosas, haciendo que sus ojos se quedaran prisioneros en los suyos.

“Te quiero Spike. Siempre te he querido. Tenías razón, como siempre”.

Él respondió como lo hacía siempre, una caricia, un beso, solo que esta vez hubo algo diferente, un cambio que hizo que su corazón saltara en el pecho, unas palabras tan suaves que se le hizo difícil escuchar.

“Yo también te quiero. Siempre”.

Lo besó, lo atrajo hacía ella, lo besó, envolviéndole la cintura con sus piernas. Las palabras ya no eran suficientes. Nunca había sido buena con las palabras y no sabía cómo podía expresar todo lo que sentía de todos modos. Pero se lo podía mostrar...

En sus sueños, Spike y ella hacían el amor. Le hacía ver todo lo que sentía. Nunca se tragó un suspiro, un gemido de placer, una palabra de amor. Nunca se contenía. Se lo hacía ver todo. De la forma que antes debió ser.

Buffy sabía que era demasiado tarde. Sabía como era antes y era algo vacío, algo que no era real. Pero era todo cuanto poseía, todo lo que podía hacer ahora que Spike se había ido.

Le gustaba pensar que podía verla, en alguna parte.

Le gustaba pensar que en cierto modo, lo sabía.

Él le dijo en una ocasión que cada noche la salvaba.

Ella cada noche, lo amaba.

Su mano se arrastró por sus muslos, levantando el corto camisón negro, dejando a su paso una estela de fuego. Sin embargo, se detuvo en el encaje de sus bragas, sin introducir sus manos bajo de ellas. Spike se apartó de sus labios, con la respiración jadeante, acalorado y la miro a los ojos, como demandando su permiso.

Ella no dudó en concedérselo. En su lugar, abrió mas las piernas, dándole la bienvenida, dándole la bienvenida a su interior.

Los dedos de Spike se metieron bajo el negro encaje, descubriendo sus labios interiores, descubriendo su humedad. Buffy oyó un gruñido gutural, haciendo que se le oscureciera la mirada.

“Siempre tan húmeda”.

“Solo para ti”.

Sus palabras hicieron que él gruñera de nuevo, le arrancó las bragas, dejándola expuesta a él. Buffy cerró las piernas más contra él, le deslizo las manos por la espalda, y las dejó caer, tirando más hacía ella.

“Solo necesito sentirte” le susurro al odio  “Solo a ti”.

Spike la besó de manera ardiente en el cuello, y lo liberó de sus piernas. Le quitó la camiseta, y se arrodilló para quitarle las botas antes de quitarle también los vaqueros. La luz de la luna entraba a raudales por las rendijas de las cortinas, bañándolo con luz y Buffy recordaba si había sido tan guapo como ella recordaba en sus sueños.

La cubrió con su cuerpo de nuevo, eso hizo que se tranquilizaba en parte su corazón y alma herido. Su tacto, su olfato, su sabor, todo parecía tan vivo, provocando todos los recuerdos que de él atesoraba. Quería zambullirse en el presente olvidar que era ilusorio y que no era real.

Apreciaría las horas que estaba despierta, si podía tenerlo en sus sueños cada noche, mientras dormía.

Spike se apodero de su sexo y froto su punta hacía arriba y abajo varias veces antes de introducirse en su interior. Buffy le agradeció que no se molestara en hacerla esperar. Lo necesitaba. Tenía que sentirlo.

Y lo sintió... duro, pesado y grueso. Estaba dentro de ella, palpitando en su interior, empujando, haciendo que recordara como la hacía sentirse. El contacto con él era como un bálsamo, cubriendo las heridas que se habían hecho mutuamente, alejando la oscuridad y el dolor.

Ella gemía una y otra vez, y de alguna manera a través de la bruma de sus sueños se dio cuenta de que estaba diciendo su nombre.

Esto era todo lo que necesitaba, lo que anhelaba durante las horas del día, porque no podía llenar el hoyo de dolor que tenía. Por esa razón sus intentos vanos de llenar ese vacío con otro hombre en su cama había sido un fracaso. Nadie era como él. Nadie la llenaba como él.

Algo se rompió, haciendo que se unieran más.

Comenzó como un lento fuego, que acabó en una explosión de placer que la hizo gritar y llorar, aferrándose a él con desesperación. Fue una autentica y completa liberación, una rendición a lo que sentía, lo que necesitaba. Oyó como jadeaba, con ese sonido que hacía siempre que estaba a punto de llegar al final y lo abrazó mientras temblaba, manteniéndolo cerca de ella, recordando el placer que acaba de sentir.

Saciado, salió de su interior, pero la llevó con él, apretándola contra su pecho. Todo era confuso, porque siempre era allí donde su sueño terminaba, sabía que era aquí donde lo iba a perder hasta que la luna saliera de nuevo.

Sin embargo, murmuró.

“No me dejes de nuevo”.

“No, mi amor. Te lo prometo”.

No era real, era la promesa de un sueño, pero se abrazó a él de todos modos, saboreando esos últimos momentos de su fantasía antes de que se marchara y la oscuridad volviera de nuevo.

Buffy despertó, parpadeando por la luz de la mañana que se filtraba en la habitación. Gimiendo, tiró de las mantas para cubrirse la cabeza.

Volvió a cerrar los ojos nuevamente, y recordó la noche anterior, recordó que había vuelto a soñar con Spike de nuevo. Trató de recordar para que él volviera, para no volver a la cruda realidad.

Pero no pudo, el sueño estaba ya muy lejos de su alcance, para poder zambullirse en el de nuevo. En estos fríos y frustrantes momentos deseaba no volver a tener ese tipo de sueños nunca más. El sueño volvía a ella cada noche, para que cada mañana al despertarse volver a la enloquecedora tortura de su falta.

Tal vez era lo que se suponía que tenía que ser. Tal vez ese era su castigo.

Suspiró, y apartó las sábanas, si no podía volver a dormir y recuperar su sueño, volver a saborear el cielo, entonces habría que esforzarse en enfrentar de nuevo el día. Tal vez si tan solo pudiera estar ocupada...

Buffy se quedó quieta de repente, al sentir algo detrás de ella...

Una cálida mano se posó sobre su hombro, una voz profunda y suave...

“Buffy...”

 

 FIN