Una noche increíble
Spike sigue a Buffy por Sunnydale para estudiarla, pero la noche no termina como esperó.
Este ff se sitúa tras el episodio 14 de la Segunda Temporada "Innocence"
Spike esperó un rato prudencial desde que Dru y Ángelus dejaron la fábrica para salir el mismo en la noche. Estaba agobiado de estar en esa bloody silla de ruedas todo el día, aguantando las chorradas de Dru y las pesadas historias de Ángelus sobre la jodida Cazadora.
- Que si he entrado en su habitación por la ventana y le he hecho un dibujo durmiendo, que si le he dejado una rata muerta sobre la almohada… -dijo imitando la voz del vampiro más viejo, haciendo una mueca de asco -¡Por Dios Bendito! ¿Por qué no se la cargará de una maldita vez en lugar de hacer todas esas mariconadas? –preguntó el rubio elevando las manos y la cabeza hacia el cielo en muda súplica.
Como era normal, Dios no le contestó, así que sacó un pitillo de su gastado abrigo de cuero y lo encendió, dando una larga calada. Todavía estaba un poco débil, pero ya podía alimentarse por sí solo, y los largos paseos que daba cuando esos dos salían así como los ejercicios que hacía cuando podía, lo mantenían en forma. No estaba para luchar con la bloody cazadora, pero pronto lo estaría.
Y para estacar a Ángelus por volver a acostarse con su Princesa Oscura.
Y por intentarlo varias veces con él. Todavía no sabía cómo se había librado.
Se encaminó hasta Revello Drive como hacía las últimas noches. Vigilar a la Cazadora se había convertido en su pasatiempo favorito. Verla luchar contra sus congéneres era todo un subidón. Lo malo del asunto es que después volvía a la fábrica con un calentón de las narices y la polla más tiesa que una jodida estaca. Y Dru estaba demasiado ocupada satisfaciendo a su Sire como para prestarle la debida atención a él, así que tocaba masturbarse como un loco pensando en la cazadora hasta que se le ponían los ojos en blanco.
Bloody hell, ya ni se acordaba la última vez que había follado en condiciones.
Maldijo entre dientes su mala suerte. Las cosas cambiarían pronto, cuando recuperara a Dru y convirtiera a Ángelus en un gran montón de sucio polvo.
Por fin llegó a Revello, y se apostó tras el árbol que había delante de la entrada principal. Era su sitio predilecto para esperar que la Cazadora saliera. Todavía no entendía como no lo había detectado, pero suponía que la rubia estaba demasiado preocupada por su ex novio como para fijarse en él. Se encogió de hombros, sonriendo satisfecho. La Cazadora era más vulnerable de lo que creía.
La puerta de entrada se abrió y la Cazadora salió a buen paso. Spike la miró relamiéndose. La chica iba vestida con una minúscula falda negra y un top rojo sangre que le hizo hervir la suya. Altas botas completaban el atuendo, y Spike sintió que se empalmaba de golpe cuando su ávida mirada se posó en su tremendo culo que se movía al ritmo de sus caderas, al pasar por delante del árbol donde estaba escondido.
'Viste un poco raro para ir de caza' –pensó.
Suspiró con fuerza intentando bajar la tensión que sentía en la entrepierna. En ese estado no podría seguir ni a un jodido caracol. Relajó el cuello y los hombros e inspiró hondamente, aunque no lo necesitara realmente, pero surgió efecto. Notó como su polla se aflojaba un poco y comenzó a caminar, siguiendo el camino de la Cazadora.
La siguió durante algunos minutos sin que ella se percatara. La verdad es que se la veía distraída y eso jugaba en su favor. De pronto la Cazadora se detuvo y él hizo lo mismo, distanciándose unos pasos. Vio como la chica cogía un cartel de una pared y lo leía con atención.
Spike frunció el ceño cuando vio como sonreía y volvía a caminar con paso decidido. Unos metros más adelante Buffy miró el papel como memorizándolo y luego lo arrojó al suelo. Spike sonrió. Esa era su oportunidad para saber qué tramaba la chica. Recogió el papel del suelo y comenzó a leer, sin perderla de vista. Alzó las cejas con estupor al comprender lo que era.
Buffy había decido acudir a una fiesta de universitarios en un club de Sunnydale esa noche. En el panfleto ponía que habría alcohol y sexo. Todo a oscuras, para darle más morbo al asunto.
Joder ¿Tal mal estaba la Cazadora como para buscar sexo fácil en un sitio así? Pensó – ¡si apenas tenía 17 años…!
O eso o quizás se había enterado de que a la fiesta asistía algún demonio e iba a cargárselo… Eso era una estupidez, pero según veía a la Cazadora, tampoco sería de extrañar.
Spike vio como Buffy se detenía en la puerta del Club y esperó pacientemente escondido tras un coche. Si el portero era un tío decente no la dejaría entrar por ser menor. Bien, no lo era, porque tras unas sonrisas encantadoras de Buffy, el tío le abrió la puerta y le cedió el paso.
Esperaba tener la misma suerte. No es que tuviera pinta de universitario precisamente, aunque eso tenía solución. No tenía mucho tiempo, así que fue hasta la tienda de la esquina y tumbó la puerta de atrás de una patada. Eligió deprisa un pantalón vaquero normal, una camisa celeste y unos mocasines negros. Se los puso con rapidez y guardó su ropa en una bolsa, saliendo a toda leche antes que llegara la policía.
Llegó al club y tras soltarle al tío de la puerta un billete de cincuenta pavos, entró, dejando la bolsa en el guardarropa. La luz era tan tenue que apenas se distinguían las siluetas, pero para él la oscuridad no era un problema. Utilizando su visión vampírica, localizó en un momento a la Cazadora. Estaba sentada sola en una mesa, bebiendo.
Sin perderla de vista fue hacia la barra y pidió un whisky doble, dirigiéndose con él hacia la mesa donde estaba Buffy. Se sentó a su lado esperando que lo echara a patadas, pero eso no sucedió.
- Hola. ¿Eres un tío? –le preguntó la chica, con voz pastosa por el alcohol. Spike levantó una ceja. No había tardado tanto en entrar para que Buffy pudiera emborracharse, y solo había un vaso medio vacío sobre la mesa. Joder, pensaba que las Cazadoras aguantaban más el alcohol. Buffy sería una excepción.
- Tengo todo lo que debe de tener un tío –dijo Spike disimulando todo lo que pudo su acento inglés y su voz –y en grandes proporciones –añadió sugerentemente. Oyó la risita de Buffy y se animó. –Y tú eres una chica.
- Una chica con todo lo que debe de tener una chica. En sus justas proporciones.
- Me alegro –contestó Spike bebiendo un trago de su bebida.
- Yo también. ¿Cómo te llamas?
- ¿Importa?
- No. Supongo que no –Buffy se movió inquieta y Spike se apoyó contra el respaldo del reservado, observándola con atención. Se había maquillado en exceso y llevaba el pelo rizado. Indudablemente esa noche iba en busca de sexo. Y él era un vampiro con suerte.
- ¿Te gustaría bailar? –le preguntó sabiendo de antemano la respuesta. El olor a excitación en el local era asfixiante, y el de Buffy lo estaba volviendo loco.
- No se ve nada.
- Yo te guiaré, cariño, no te preocupes –Spike la cogió de la mano y la condujo a la pista de baile. Las parejas hacían de todo, menos bailar así que tenían la pista casi para ellos solos. Buffy se pegó inmediatamente contra su cuerpo y Spike gimió cuando sus pechos se clavaron contra el suyo. Le rodeó la cintura con las manos, atrayéndola contra su erección y ella apoyó la cabeza sobre su hombro, entregándose por completo. Spike tuvo que cerrar los ojos para controlarse y no morderla cuando su suave cuello le quedó a la altura de los labios. Quizás más tarde…
Se movieron al compás de la música como si llevaran toda la vida haciéndolo. Spike bajó despacio las manos hasta atrapar su trasero con ellas y levantarla para que sus caderas encajaran bien contra las suyas. Ella se puso de puntillas y se restregó contra él, gimiendo levemente. Spike la besó en el cuello, lamiéndole la piel con ansia, pasando por su oreja, y su mejilla, deteniéndose en su boca. Buffy abrió los labios para él, y no desaprovechó la oportunidad. Introdujo su fría lengua dentro y la besó hasta que notó como a ella le fallaban las piernas. En algún momento ella le había desabrochado la camisa y el top sin tirantes estaba hecho un lío en su minúscula cintura.
Spike tragó saliva y su polla latió con furia dentro de sus pantalones cuando sus pequeños pechos se rozaron con lascivia contra el suyo.
Spike la levantó en vilo y ella le rodeó la cintura con las piernas, sin dejar de besarlo ni un segundo. El vampiro estaba perdiendo el control, y la Cazadora ya lo había perdido por completo.
- ¡Por favor, por favor! –suplicó la chica buscando con sus manos la cremallera de sus vaqueros. Spike gimió y buscó con la mirada un rincón apartado donde pudiera tumbarla y follarla hasta que no ambos no pudieran ni caminar.
Localizó un reservado en una de las esquinas y la llevó allí apresuradamente. Ella había conseguido abrirle los vaqueros y tenía una mano dentro de su bragueta, investigando.
Spike casi dio un salto cuando notó como le rodeaba la polla con una mano y comenzaba a masturbarlo. Por fin llegó al reservado, se sentó en el sofá y puso a Buffy sobre su regazo. La chica todavía lo tenía atrapado por la verga, así que se apoyó contra el respaldo y la dejó hacer.
- Chúpamela, por favor –gimió tirando de sus pantalones para liberarse completamente. No tendría otra oportunidad como esa para que la Cazadora se la mamara, y no la iba a desaprovechar.
- La tienes muy grande –dijo Buffy impresionada, inclinándose sobre él, pasando su lengua suave por el capullo sonrosado. Spike levantó automáticamente las caderas, pidiendo más. Se notaba a la legua que ella no tenía mucha experiencia en esos menesteres, pero a Spike no le importaba.
Cerró los ojos apretando los dientes cuando la cazadora abrió la boca y se introdujo su polla hasta el fondo, moviéndose de arriba abajo y arañándole con sus dientes la fina piel. Spike estaba al límite. Todavía no entendía como no se había corrido ya. Estaba a punto, pero quería alargar el momento todo lo que pudiera.
- Muy bien, pet, sigue así… -gruñó mientras ella seguía chupándole la polla con entusiasmo. Spike movió las caderas a su ritmo, agarrándola por la cabeza para profundizar sus acometidas mucho más. Ella le sobó los testículos con fuerza y él reventó en su boca, con los últimos estertores del orgasmo.
Buffy no se retiró, tragándose todo su semen frío hasta que no quedó ni una sola gota.
- ¿Te ha gustado? –le preguntó la Cazadora, dejándose caer sobre él. Estaban tumbados sobre el sofá, ajenos a su alrededor.
- Ha sido la mejor felación de mi vida, amor –le respondió cuando consiguió recuperar el hablar. Ella se rió bajito, apoyando la cabeza sobre su pecho. Spike se giró antes de que pudiera notar el no latido de su muerto corazón, poniéndola bajo su cuerpo. Si Buffy lo descubría ahora, sería un feliz montón de polvo, pero muerto. Del todo. –Ahora te toca a ti, pet.
“¿A mí?”
“Estás muy caliente, nena, así que voy a apagar tu fuego con mi lengua” Spike la besó como anticipo, dejándola medio mareada. Su boca sabía a él y eso le calentó nuevamente su sangre muerta. Dios, esa chica era una bomba sexual y él estaba perdido.
Bajó la cabeza hasta sus pechos, dejando un rastro de besos y mordiscos en el camino. Sintió como Buffy se retorcía debajo de él cuando tomó sus pechos entre las manos y los sobó, acariciándolos después con su lengua. Buffy era un manjar, el mejor que había probado en su vida. Sabía a… inocencia y eso era algo que hacía mucho tiempo que no veía. ¿Cómo no podía ver eso Ángelus? ¿O era eso precisamente lo que le repelía de ella? Su Sire había sido siempre un hijo puta mujeriego, entendía de mujeres y debía saber que Buffy era una mujer que se encontraba solo una vez en la vida. ¡Cabrón estúpido!
- ¡Oh Dios! ¡Oh Dios! -.la oyó gemir cuando su cabeza bajó hasta el triangulo donde se juntaban sus piernas y la beso por encima de las bragas negras de encaje. Su enloquecedor olor a excitación y a mujer se le metió en las fosas nasales como una droga. Quería devorarla por completo, sentirla derretirse en su boca, solo para él. Estaba seguro que era la primera vez que le hacían algo así, por cómo reaccionaba, y eso le llenaba el pecho de orgullo. No sabía por qué, pero era así.
- Dios no tiene nada que ver con esto, luv –le dijo levantando la cabeza lo justo para arrancarle las bragas y abrirle más las piernas, hundiendo la cabeza en su sexo sonrosado. La respuesta de ella fue un grito ensordecedor, que de no ser por la fuerte música, se hubiera escuchado en todo el local. Spike la torturó con su lengua, lamiendo y chupando mientras ella se retorcía de placer. Estaba al borde del orgasmo, así que Spike introdujo un largo dedo dentro de ella y comenzó a bombear, mordisqueándole el clítoris y tirando de él con los dientes. Notó como Buffy se convulsionaba y su cuerpo por fin cedía al orgasmo. En el último momento lo había agarrado por el pelo, hundiéndole la cara más en su sexo. Era una suerte para él no tener que respirar.
Dejó que ella se calmara sin parar de mirarla. ¡Estaba tan preciosa después del orgasmo! Sudorosa y sonrojada, era una diosa del sexo. Estaba seguro que nunca se cansaría de ella, si tuviera la suerte de poseerla alguna vez.
Pasaron minutos antes que se diera cuenta de que todavía estaba empalmado y su cuerpo rugía por una pronta liberación. Deseaba follarla de mil maneras, abrirse paso con su polla donde no hubiera llegado nadie antes, hacerla gemir y llorar de placer cuando lo recibiera en su interior, y después morderla hasta que los dos se corrieran.
Miró a su alrededor para comprobar que nadie había visto la escenita, y sonrió al ver que todos iban a su rollo y apenas se veían cabezas levantadas de los reservados. Oyó a Buffy moverse y supo que tenía que hacer algo. Se sentó y tomándola por la cintura y la puso sobre su regazo. Ella abrió sus bonitos ojos verdes y le sonrió con picardía cuando notó su erección bajo el trasero. Solo tenía que levantarla un poco y deslizarse dentro de ella. Así de sencillo. Sin embargo, algo en sus ojos le dijo que no estaba bien. La Cazadora había bebido en exceso y era vulnerable por el tema de Ángelus. ¿Debía de aprovecharse de la situación? –pensó. Bueno, ya se había aprovechado y a ambos les había gustado. ¿Pero acostarse con ella? Algo parecido a la conciencia le dijo que no. Que no podía hacerlo. Pero… ¿Él era malo, no? Era un demonio, un asesino, y muchas cosas más.
Ángelus le había dicho que podía tomar todo lo que quisiera, pero que nada era suyo. ¿Debía tomar ahora a Buffy? Suspiró y ella apoyó la cabeza sobre su hombro. Una batalla morar tenía lugar dentro de él. Su cabeza le decía una cosa, y su polla otra. Tener a la cazadora tan dispuesta, abrazada a él no ayudaba mucho a tomar una decisión, no la buena, al menos. Tal vez debiera preguntarle a ella primero, ¿no?
- Cariño, ¿Y sí…? –Spike la apartó un poco de sí y se dio cuenta de que se había dormido. Casi se rió de su suerte. La decisión estaba tomada, porque podía tirarse a la Cazadora estando dormida, pero por otra parte, prefería que estuviera despierta. No era por caballerosidad o por hacer lo correcto. Había hecho cosas peores en su no vida. Pero quería ver sus ojos en el momento que la follara, quería oír sus gemidos de placer y llegar juntos hasta el final con todos los sentidos en plena forma.
La dejó con cuidado sobre el sofá y se arregló la ropa. Después arregló la de ella, guardándose las bragas de encaje en el bolsillo. Cada vez que las viera se acordaría de esa noche increíble con la Cazadora. Ella no sabría que había sido él con el que había estado, pero no le importaba.
Se levantó y la tomó en brazos, saliendo del recinto, no sin antes recoger su ropa. Los camareros y los gorilas del local lo miraron un poco raro cuando lo vieron con ella en brazos, pero no dijeron nada. Por lo visto no habían sido los primeros en salir así. Paró un taxi y subiéndose a él le dio la dirección del Vigilante de Buffy. No podía llevarla a su casa en esas condiciones. Si a él le había dado con el hacha en la cabeza….
Cuando llegaron, dejó a Buffy en la puerta del apartamento de Giles y tocó al timbre, escondiéndose para que no lo viera. Un par de minutos después la puerta se abrió, dejando ver a un vigilante adormilado y después asustado por su Cazadora.
Spike sonrió al ver su cara, estaba para echarle una foto. Después Giles la levantó en brazos y la metió en su casa, cerrando la puerta tras ellos.
Spike suspiró y se fue alejando, con la cabeza hecha un lío. No podía quedarse en Sunnyhell después de lo que había pasado. Tenía que recuperar a Dru y salir de la ciudad, del país y del continente si le era necesario. Después de lo ocurrido no se fiaba de sí mismo en lo que a la Cazadora concernía.
Esa noche Buffy había sido suya, pero mucho se temía que él iba a ser suyo durante algo más que una noche.
Fin