Passion fruits by Neena
Podéis leerlo en inglés aquí.
No había mucho que decir sobre la soledad, pensó Giles llevando el té a la sala de estar. Y ahora que Buffy y los demás habían volado de la jaula, por así decirlo, las cosas estaban más tranquilas que nunca. Lo que era genial... Excelente, de verdad. Tenía muchas cosas que hacer. Y finalmente tenía tiempo para ponerse al día en sus diarios sin ser distraído por una multitud de adolescentes rebeldes.
Pero eso podía esperar.
Giles puso su taza de té sobre la mesa y buscó el mando a distancia. Con sólo unos minutos de sobra, encendió la televisión y eligió el canal correcto de <Passions>. Se había convertido en su vicio, un vicio secreto remanente de sus días actuando como casero de Spike.
Se instaló en el sofá, pero algo le inquietaba... algo que había olvidado hacer...
Cuando la puerta de su apartamento se abrió de golpe unos instantes después, tuvo la respuesta. La puerta: había olvidado cerrar la bloody puerta.
Incluso antes de darse la vuelta para ver quien había interrumpido tan groseramente su placentera tarde, percibió un olor a carne chamuscada y supo de inmediato quién era.
"¡Spike!, ¿las palabras
"Ah, ah, ah", se quejó Spike, arrojando su manta humeante al suelo. "Muestra un poco de consideración para el hombre en llamas. Bloody duele”.
Giles resopló: "No te pedí que vinieras de visita. Eres tú quién se arriesga a una inmolación, al salir a medio día. "
"No tenía otra opción, ¿verdad?" Dijo Spike. "No tengo cable en la cripta y no me podía perder <Passions>". Spike se dejó caer en el centro del sofá, cruzado los brazos con firmeza sobre el pecho, los pies cruzados desafiantemente sobre la mesa de café.
Giles suspiró dramáticamente y quitó las botas de Spike de la mesa. Había cogido el mejor asiento. Giles sabía que debía echar al vampiro, o bien reprenderlo por lo menos. Pero, a decir verdad, encontraba su apartamento cada vez más solitario en estos días, e incluso una amenaza rubia desteñida era mejor que nada.
Giles evaluó los asientos de la sala de estar. La televisión era muy poco visible desde el sofá, y Spike estaba haciendo todo lo posible por ocupar la mayor parte posible. Solo tendría que apretarse un poco, supuso.
Spike no se movió cuando Giles se incrustó entre él y el brazo del sofá. Giles se puso más cómodo, echándose hacia atrás y abriendo los brazos a lo largo de la parte posterior del asiento. Spike lo miró, pensando en lo extraño que era que Giles pareciera tan relajado con él allí. Siempre le ponía mala cara delante de los demás, sin embargo, cuando estaban solos, caía como en una especie de cómoda rutina. Cuando fueron compañeros de piso, cada uno había tenido que asumir su parte de compromisos -Spike había tenido que aguantar divagaciones sobre la mitología antigua y el orden incesante, y Giles tuvo que sufrir que Spike bebiera sangre, el tabaquismo y sus otros numerosos malos hábitos. Discutían entre sí, fastidiándose como locos, pero funcionó. Fueron la definitiva extraña pareja. Y lo que ayudó a conseguirlo más que nada fue
Sabiendo que no había tiempo suficiente para entrar en una última discusión antes de que comenzara el show, Giles dijo: "Prohibido fumar durante el capítulo, sólo porque el tabaco no te mate no lo hace más saludable para el resto de nosotros. E intenta no parlotear todo tiempo esta vez. "
"¿De qué estás hablando, Rupert? No parloteo, "dijo Spike desafiante.
"Sí que lo haces. Le contestas a los personajes, y luego termino por perder partes importantes de diálogo ".
"No contesto a los personajes", objetó Spike. Giles levantó una ceja despacio. "Muy bien, puedo hacer un comentario o dos, pero eso no lo califica como
"Shh... ya empieza", dijo Giles.
"Sólo son los créditos."
"Me gusta los créditos, me ponen a tono."
"¿Es eso todo lo que necesitas?" Le pinchó Spike. "Hubiera pensado que necesitarías un desfile de lesbianas desnudas cubiertas de aceite de bebé para conseguir ponerte a tono."
"Eso no es lo que quise decir, y lo sabes. Ahora cállate o nos perderemos el principio. "
"Eres tú el que no para de hablar, mate", argumentó Spike.
"Sí, pero sólo como un medio para un fin. Si te hubieras callando, no tendría necesidad de hablar, ¿No? No es que algo de lo que diga pueda hacerte callar. Apuesto a que no podrías estar sin hacer ruido un capítulo entero ", se atrevió Giles.
"¿Cuánto?", Preguntó Spike, aceptando sin pensar el desafío.
"Cinco dólares a que no puedes guardar silencio hasta los créditos finales."
"Cuando quieras", dijo Spike. "Pero si hablas tú primero, obtengo diez, ¿de acuerdo?"
"Está bien. Ahora silencio, "dijo Giles.
Spike hizo un gesto de cerrar la boca y tirar la llave, y luego se sentó en el sofá junto a Giles.
Giles cogió el mando a distancia y subió el volumen varios tonos, mirando a Spike de forma mordaz, sabía muy bien que Spike odiaba tener el volumen demasiado alto. Juraría que había puesto los anuncios de forma deliberada a un nivel de decibelios más elevados con el fin de causar daño a sus sensibles oídos vampíricos.
Spike le devolvió la mirada con otra aún más cínica. Si el vigilante quería jugar, no tardaría en descubrir que estaba jugando contra el maestro. Un plan sencillo, pero perfecto se iba formando en el cerebro de Spike y sus labios se curvaron lentamente en una sonrisa -parecida al Grinch. Giles no se dio cuenta porque estaba demasiado ocupado ignorándolo con esmero. Pero no sería capaz de ignorarlo por mucho tiempo.
Después que pasara sin comentarios el primer lote de anuncios -revienta tímpanos, Spike hizo una demostración de estiramiento y se puso cómodo. Se removió en su asiento, con la pierna contra la de Giles, y dejó caer la mano con indiferencia sobre la rodilla del vigilante.
Y la dejó allí.
Nada.
Muy lentamente, Spike avanzó su mano por la pierna de Giles, tensándose por la inevitable reacción.
No hubo reacción. Giles siguió viendo el show como si nada estuviera pasando.
Spike sonrió un poco, entrando en calor ante el desafío. Después de todo, pensó que no necesitaría mucho tiempo para abrirse camino en su reserva tan británica. Su mano seguía muy lentamente hacia arriba a lo largo del muslo de Giles, atravesando ahora territorio prohibido. En su mente, se imaginó sus dedos arrastrándose debajo de una cerca de alambre de púas con el ladrido de los perros guardianes y patrullas armadas en el otro lado. Esperaba ser derribado de un momento a otro.
En cambio, Giles tomó su taza de té de forma despreocupada y se sentó de nuevo, su mano libre sobre el respaldo del sofá mientras bebía su bebida. Unos minutos más tarde, colocó la taza de té vacía sobre la mesa y siguió viendo el espectáculo. Ni una sola vez le echó a Spike un vistazo.
Giles estaba jugando un juego peligroso, y lo sabía. Su instinto le decía que Spike faroleaba, que se echaría atrás antes de que las cosas fueran demasiado lejos, pero no podía estar cien por ciento seguro. Lo único que estaba seguro era que Spike no sabía a lo que se enfrentaba. Apostaba contra el bibliotecario tímido ante la idea del contacto sexual. Pero Giles tenía un as bajo la manga. Siendo joven en las calles de Londres, había visto y hecho más cosas que el vampiro rubio en dos vidas.
Siguió viendo "Passions" en silencio, aunque ninguno de ellos estaba prestando mucha atención a la trama. A estas alturas la mano firme de Spike estaba en la entrepierna de Giles, ocupada en un experto masaje.
Spike estaba impresionado. Ligeramente impresionado, es cierto, pero impresionado, sin embargo. Nunca habría catalogado a Giles del tipo aventurero. Sin embargo, no estaba preocupado. Se derrumbaría. Era sólo cuestión de encontrar el botón correcto y pulsarlo. Lanzando miradas furtivas en su dirección, fijó su mirada en la bragueta del otro hombre. Su masaje había sido claramente eficaz, a juzgar por la erección orgullosa que lo saludó. Pero por fuera, Giles no presentaba ningún signo de interés. En todo caso, parecía aburrido.
La mandíbula de Spike sobresalía con determinación. No sería superado por un hombre cuya idea de diversión era examinar cuidadosamente viejos libros mohosos. Había algunas cosas que no se podían aprender de los libros. Había cosas que sólo podrían ser aprendidas a base de tiempo y una gran cantidad de práctica. Mostraría a Rupert lo que cien años de experiencia le había enseñado.
Spike comenzó lentamente... de manera juguetona... como inseguro de sí mismo. Su mano le hizo cosquillas en la carne dura, trazando los contornos de pene de Giles con la punta de sus dedos. Tenía la intención recurrir a todos los medios, echar mano a todos los trucos que conocía hasta que tuviera a Giles pidiendo la liberación. Cinco minutos. Fin.
Tres cuartas partes del capítulo después, Giles casi se estaba volviendo loco por la necesidad de eyacular. Peleó valientemente, sin embargo, y sólo el sudor de su frente y su respiración rápida y superficial marcaba lo cerca que estaba de perder el control. Cuando, durante el último corte comercial, Spike se levantó y fue a tomar un trago, Giles estuvo tentado a renunciar a la apuesta y pedirle, con fuerza y vehemencia, que volviera y terminara lo que había empezado. Se contuvo, de alguna manera, y su polla llorosa diligentemente tiesa, esperaba intacta el regreso de Spike.
Spike volvió a la sala después de tomar un merecido descanso. Había intentado cosas que deberían haberlo tenido gritando obscenidades a los cielos, pero el hombre era estoico. Encontró a Giles esperando pacientemente su regreso. Spike frunció el ceño de disgusto, y Giles respondió acariciando el cojín del asiento junto a él, invitándole a sentarse.
Así que Spike se sentó de nuevo, y como el programa continuó donde lo había dejado, él también. Quiso la suerte, que hubiera un montón de escenas de amor en este episodio, y el exceso de humedad era evidente ahora. Con magreos de gente semi-desnuda y besuqueos en la pantalla, Giles no tenía ninguna oportunidad.
Giles se mordió los labios para guardar silencio cuando Spike aceleró el ritmo y añadió algunas maniobras nuevas e interesantes a su repertorio. El capítulo casi había terminado. Si pudiera contenerse a durante un par de minutos más, ganaría la apuesta. No es que necesitara el dinero, no, era la satisfacción de acabar con esa sonrisa en la cara del vampiro lo que hacía esencial el ganar.
Spike estaba empezando a sentirse frustrado, el viejo debería haberse reducido ya a un charco en el suelo, gimiendo. Aún así... no lo había intentado todo aún. Había una cosa que estaba seguro que Rupert nunca había hecho antes. Echó un vistazo a Giles, cuya expresión todavía sólo insinuaba el descomunal orgasmo que debía retener.
Con una sonrisa malvada, Spike puso su otra cara y decidió lanzarse.
"Bloody hell", gritó Giles cuando Spike tomó su polla en su boca fresca y húmeda, deslizándola precariamente entre dos afilados colmillos. Giles se corrió más por el shock que por otra cosa. Su corazón latía contra sus costillas mientras Spike drenaba hasta la última gota de él.
Spike se sentó en el sofá, mirando con aire satisfecho, y extendió la mano hacia Giles. Aún tratando de hacerse con el control de su respiración, las manos temblorosas de Giles escarbaron en sus bolsillos en busca de su billetera. Sacó un billete de diez dólares y golpeó la palma de la mano de Spike con él.
Créditos finales.
"¿Mañana a la misma hora?", Preguntó Spike.
"Sí, está bien," contestó Giles.
Spike se echó la manta quemada en la cabeza y salió a la mortal luz del sol.
Giles apagó la televisión y frunció el ceño. Se había perdido el capítulo completo gracias a ese bloody molesto vampiro.
Sin embargo, pensó con una sonrisa de Ripperish, era un coñazo ver el show solo.